Corriente alterna T2-2: La Barra Feminista: tejer otra afición

En este nuevo capítulo el equipo de Corriente Alterna nos invita a conocer una historia sobre fútbol, sí, pero también sobre un grupo de mujeres que se organizan para construir espacios más seguros, y para celebrar a las mujeres a las que admiran. Ellas son la Barra Feminista. Una idea surgió por el entusiasmo de las aficionadas y también por la necesidad, en sus palabras, de “apoyar el fútbol femenil y a todas las que lo hacen posible”.

Frente a la violencia de la afición varonil y la desigualdad de las condiciones laborales de las jugadoras, entre otros varios problemas, este grupo de mujeres ha comenzado a construir otro tipo de afición deportiva, una que asume como responsabilidad propia la construcción de mejores espacios y condiciones para la comunidad. En esta entrega, a cargo de Luz Saavedra, conoceremos las historias de Shelma Cerrillo, Pilar Tlatempa, Camila Ramos, Vanessa Quintana y Ana Sánchez, entre otras integrantes de la Barra, que hoy cuenta ya con un centenar de aficionadas.

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  • Anfitriona: Luz Saavedra
  • Temporada: 2
  • Episodio: 2
  • Duración: 30:28
  • Etiquetas: #BarraFeminista, #Fútbol, #LasPumas, #LigaFemenil, #feminismo, #EspaciosParaMujeres, #afición, #ViolenciaEnLosEstadios, #CorrienteAlterna

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TRANSCRIPCIÓN

Corriente Alterna

Segunda Temporada #PodcastCulturaUNAM

Capítulo 2: La Barra Feminista: tejer otra afición

Investigación y Locución: Luz Saavedra

Entrevistadas: Camila Ramos, Natalia Tolsa, Pilar Tlatempa, Shelma Cerrillo, Camila Ramos, Luz Hernández, Vanessa Quintana y Ana Sánchez

Música y producción: Yeudiel Infante

[Ambiente: Sonido de muchedumbre en un estadio]

[Habla Luz Saavedra]: El 14 de marzo de 2020 fue histórico.

Ese día, el equipo de futbol femenil de Pumas, de la Universidad Nacional Autónoma de México, la UNAM, jugó por primera vez en el Estadio Olímpico Universitario.

Hasta entonces, las autoridades universitarias no permitían que las mujeres jugaran en este estadio, sólo el equipo varonil podía usarlo.

Desde su creación en 2016, todos sus partidos como local, es decir, como anfitrión, se celebraron en Cantera: la cancha donde entrena el equipo varonil y donde juegan también las ligas menores.

Yo estuve ahí aquel 14 de marzo de 2020. Era sábado. Recuerdo haberme sentido pequeña al entrar a ese estadio inmenso, verme rodeada por aquella multitud de aficionados y aficionadas en las gradas, esperando la salida de las Pumas.

[Entra Rúbrica]

[Habla Camila Ramos]: El primero, el único, el inigualable. El partido del 14 de marzo de 2020, en el Estadio Olímpico Universitario, Pumas contra Cruz Azul.

[Ambiente: suenan voces de fondo, los gritos de un partido, de las jugadoras, el silbato de un árbitro]

[Habla Shelma Cerrillo]: Lo que sí recuerdo es que yo llevaba una manta. Yo para la marcha feminista, para la marcha del 8M, perdón, para la marcha del 8M llevamos varias mantas, y yo fui con un contingente de mujeres y una de esas decía MÉXICO FEMINICIDA. Esa fue de las que hicimos. Y entonces yo estaba muy emocionada porque estaba todavía como con esta rabia, e ímpetu como de seguir mostrando la realidad de la violencia que vivimos las mujeres en México.

[Luz Saavedra]: Quien habla es Shelma Cerrillo, de 34 años, integrante de la Barra.

[Shelma Cerrillo]: Estando yo ahí con estas ganas de seguir alzando la voz por las que ya no están, y estando en un partido de fútbol en el que también se ha buscado, se había luchado por muchas cosas, entre ellas que las mujeres pudieran jugar ya en un estadio, al menos ese equipo que no lo había hecho, no se les había dado la oportunidad…

[Ambiente: suenan voces de fondo, los gritos de un partido, de las jugadoras, el silbato de un árbitro]

[Shelma Cerrillo]: Y entonces volteo, y veo a estas chicas que literal estaban casi como solamente como a dos espacios de nosotras, de mis amigas y de mí, y que además de tener sus playeras moradas, traían sus pañuelos verdes... bueno, pues obviamente yo así con mi playera de Pumas, pero sí, mi pañuelo verde, y la manta le dije a mi amiga como: "¡vamos, hay que unirnos a ellas!".

[Entra música]

[Luz Saavedra]: Esta es una historia sobre fútbol, sí, pero no sólo sobre fútbol. También es la historia de un grupo de mujeres que se organizan para construir espacios más seguros, y para celebrar a las mujeres a las que admiran.

Era finales de 2019. Este grupo de mujeres jóvenes de la Ciudad de México empezó a coleccionar e intercambiar estampitas de Panini para el álbum de la Copa Mundial Femenil en Francia.

Así comenzaron a conocerse y a reunirse con otras aficionadas.

La idea surgió sola: crear una Barra Feminista con el objetivo de, en sus palabras, “apoyar el fútbol femenil y a todas las que lo hacen posible”.

Desde entonces se organizan para acompañar los partidos de la liga femenil y apoyar, no a uno, sino a ambos equipos: “si gana una, ganamos todas”, dicen ellas.

Frente a la violencia de la afición varonil y la desigualdad de las condiciones laborales de las jugadoras, entre otros varios problemas, este grupo de mujeres ha comenzado a construir otro tipo de afición deportiva, una que asume como responsabilidad propia la construcción de mejores espacios y condiciones para la comunidad.

Hoy la Barra Feminista integra un centenar de mujeres de perfiles diversos.

Shelma Cerrillo, Pilar Tlatempa, Camila Ramos, Vanessa Quintana y Ana Sánchez nos contaron sobre los motivos que las acercaron a la Barra y lo que han aprendido del deporte, de ser aficionadas y de sí mismas.

[Ambiente. La Barra entona]: ¡Si gana una, ganamos todas! ¡Si gana una, ganamos todas!

[Habla Vanessa Quintana]: Ese primer encuentro de nosotras con nosotras, de nosotras con el estadio, de nosotras con las jugadoras.

[Ambiente. La Barra entona]: “Futbolista, hermana, aquí está tu manada”

[Camila Ramos]: Era la primera vez que una barra tan grande, o sea, de mujeres, pues, la Barra Feminista, se reunía de esa manera. Porque, aunque habíamos ido a algunos cuantos partidos juntas, pues nunca se ha hecho de esta forma.

Esa misma semana se organizó la impresión de las playeras, llegaron, le dimos a quien la sabía impreso el dinero que había tocado, y entramos al estadio, conseguimos que nos dejaran estar juntas.

En ese momento varias de las chavas estaban súper creativas […] las consignas feministas de las marchas las adaptaron a ser consignas feministas del estadio.

[Ambiente. La Barra entona]: “Que las vengan a ver, que las vengan a ver. Esas son las mujeres que hacen el fútbol que yo soñé”.

[Shelma Cerrillo]: Yo el primer partido que fui con la Barra... No, a ver, retrocedo un paso

[Ambiente: Suena una pelota sobre una cancha de concreto, alguien la patea; grillos, sonidos nocturnos].

[Luz Saavedra]: Camila Ramos lleva el pelo corto amarrado, apenas le alcanza para una coleta diminuta. Habla mucho y acompaña su charla de gestos controlados, como si sostuviera sus ideas con las manos extendidas. Ahora se entretiene haciendo dominadas con el balón y por eso dice que no siente el frío.

[Camila Ramos]: Este lugar me vio crecer. Fue aquí donde yo aprendí a jugar el fútbol, ¿no? O sea aprendí a jugar fútbol callejero, prácticamente, con niños.

O sea yo era la única que siempre, todos los fines de semana, bajaba a jugar y, de hecho, uno de mis primeros recuerdos de chiquita es jugando fútbol aquí.

[Luz Saavedra]: Estamos en el interior de una unidad habitacional, en una cancha de cemento con líneas deslavadas, rodeada por una barda de más cemento y una reja de metal. En la alta reja, a sólo unos metros de distancia, hay dos pelotas de plástico atoradas y desinfladas. Quién sabe cuánto tiempo llevan ahí.

Estamos en Iztapalapa, al oriente de la capital, tan cerca del Cerro de las Tres Cruces que de día perfila el horizonte. Ahora, de noche, brillan miles de lucecitas a lo lejos: son las casas todavía despiertas de la alcaldía más densamente poblada de la Ciudad de México.

[Camila Ramos]: Tenía… Tengo las rodillas llenas de cicatrices, porque todo el tiempo me caía, o me aventaba… siempre, siempre estaba en el piso.

No había liga profesional cuando yo era niña en México. Entonces, por más que pudiera ser un sueño, era un sueño como muy remoto y pues había otros intereses tangibles que podían materializarse, y ser jugadora profesional de fútbol no era uno de ellos.

[Habla Vanessa Quintana]: No, no tenía referente mujer. Nada más conocía la Liga varonil. Estamos en el Deportivo "El Copete". Es un deportivo en el que, cuando yo era niña, me traía a mi papá junto con mi hermano a jugar torneos de fútbol. Entonces ahorita, bueno, volver a estar aquí después de tanto tiempo... cuando yo venía, pues teníamos como cinco, seis años.

[Luz Saavedra]: Vanessa es, en sus palabras, geógrafa y mujer lesbiana. Mientras habla, se planta en el suelo con los puños en las caderas. No le molesta el sol. Da la impresión de que podría hablar por horas sin cansarse.

Estamos en un deportivo en el corazón de Santo Domingo, Coyoacán. El lugar está al borde de un pequeño precipicio, que son las altas paredes de Cantera, el estadio de entrenamiento del Club Universidad.

[Camila Ramos]: No era tan mala, pero sí me acuerdo que aprendí a jugar a la mala, a la de balonazo tras balonazo, en la cara, en el estómago, o sea, me costó mucho abrirme cancha como jugadora mujer. Bueno, niña.

Jugábamos acá, acá afuera de la cancha, bueno de lo que hoy es la cancha. Y yo era la única niña, siempre fui la única niña.

[Vanessa Quintana]: Yo me pregunté ¿y dónde están las niñas? ¿Qué están haciendo las niñas? ¿Por qué los niños sí están aquí y las niñas no están aquí? ¿Por qué porque las niñas no están jugando? ¿Por qué las niñas no están en el parque, en los parques? Y te hablo de esto de antes de la pandemia, o sea, ¿dónde están las niñas?

[Habla Ana Sánchez]: Mi papá apoyando de forma diferente a mis hermanos que a mí. Del gran complejo sistema sexista que a mí me hacía ir en falda todos los días a la escuela y que eso dificultaba mi proceso físico de disfrutar un deporte. De muchos lados.

[Luz Saavedra]: Quien habla es Ana Sánchez, comunicóloga e integrante de la Barra Feminista.

[Habla Luz Hernández]: También justo de experiencias como en lugares deportivos, en los que no era como un claro, unas palabras claras de decir "tú eres más capaz que las niñas" pero sí un trato diferente de los maestros: de a quiénes impulsaban a ir a competencias, a quiénes les decían campeón, y a las otras princesas.

[Vanessa Quintana]: Tengo una sobrina de tres años que le gusta... tiene una pelota y le gusta jugar fútbol, dice "vamos a jugar fútbol" y cuando anota un gol dice "¡gol de los Pumas!", porque su papá le va a los Pumas. Pero lo primero que le dijeron fue "va a ser una machorra. Tu hija va a ser una machorra."

Una vez que fue un día a mi casa agarró un balón y le dijo su mamá "no, no lo agarres porque ya dijo tu papá que no puedes agarrar balones, porque si no te haces lesbiana".

[Ambiente: Risas de niños y niñas]

[Luz Saavedra]: Localizada en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, bordeada por paredes altísimas excavadas en roca volcánica, la Cantera de los Pumas es un lugar dedicado originalmente a la formación de futbolistas. Ahí entrena el primer equipo varonil y juegan las ligas menores. Hasta antes de 2020 allí también jugaba el equipo femenil.

Fue aquí en Cantera, muchos años después de que Camila y Vanessa dejaran de jugar en las canchas que las vieron crecer, donde germinó la idea de crear una Barra Feminista que apoyara a las referentes en el deporte que ellas no tuvieron de niñas.

[Vanessa Quintana]:Estamos en el Deportivo "El Copete", pero tenemos la vista hacia Cantera, donde juegan las fuerzas básicas de los Pumas, o a veces el Primer Equipo femenil.

Los boletos cuando jugaba Pumas femenil aquí eran totalmente gratis, solamente tenías que llegar muy temprano para ser de los que alcanzaran boleto. Y precisamente ahorita que estamos aquí en el Deportivo "El Copete", la vista que nos da hacia la cancha, tú te das cuenta que si no alcanzabas boleto, desafortunadamente, pues ya nada más le dabas como vuelta a Santo Domingo, te venías para acá y la vista, pues está totalmente perfecta para que pudieras ver el partido.

[Camila Ramos]: Fui a un partido varonil, Pumas Veracruz, creo que ganó Pumas, no me acuerdo. Y un par de años después voy a un partido femenil. El partido varonil fue en el Estadio Olímpico Universitario y el femenil al que fui, también de Pumas, fue en Cantera. Entonces como que ahí hay un contraste muy grande.

[Luz Saavedra]: El Estadio Olímpico Universitario fue sede de las ceremonias de inauguración y clausura de los juegos olímpicos de 1968. También lo fue del Mundial de Fútbol del 86. Además, fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

El contraste al que se refiere Camila es que, mientras el Estadio Olímpico tiene la capacidad de albergar a 72 mil espectadores, el estadio de Cantera cuenta con un aforo de no más de dos mil personas.

[Camila Ramos]: Ahí me empiezo a dar cuenta también como de la cantidad de desigualdades que había habido a lo largo de mi vida. ¿Cuántas mujeres habíamos en las niñas que jugábamos en mi unidad? Yo era la única. ¿Y cuántas referentes tenía? Pocas. Muy pocas.

[Música]

[Luz Saavedra]: Las desigualdades que menciona Camila en su vida se reflejan también en las condiciones laborales de las jugadoras de la Liga Femenil mexicana.

Según la Encuesta Global de Salarios de los Deportes en el Mundo del 2017, el salario promedio en la liga varonil es de más de siete millones de pesos al año, unos 600 mil pesos mensuales.

Según la misma encuesta, el salario promedio en la liga femenil es apenas de 3,500 pesos mensuales. Eso es 1,686 pesos por debajo del salario mínimo actual.

Las jugadoras mejor pagadas de la Liga femenil ganan en promedio 22 mil 106 pesos al mes. En cambio, los jugadores hombres pueden rozar los 8 millones de pesos al mes. Confinadas en Cantera, las jugadoras de Pumas estaban obligadas a jugar partidos con un aforo máximo de hasta dos mil personas que, además, entraban gratis.

[Ambiente: sonido doméstico, cocina]

[Luz Saavedra]: Hablamos con cinco integrantes de la Barra, escuchamos sus historias y no pudimos dejar de notar cómo todas mencionaban un punto en común: la afición varonil dentro de las casas.

Ana Sánchez, por ejemplo, recuerda una completa lejanía con los momentos de afición deportiva. Como si el deporte no estuviera hecho para ella, o ella no estuviera hecha para el deporte.

[Ana Sánchez]: Mi familia lo veía y pues yo ahí me unía un poco la convivencia. Pero ni siquiera me integraban. Sí ha sido para mí el fútbol, desde mi experiencia familiar y como individual, una onda de estar ahí porque eso ven los hombres en mi casa, no porque fuera un espacio mío, y yo me identificara como con el juego o jugadores.

[Habla Pilar Tlatempa]: Es una afición, la verdad, demasiado compleja, la varonil. Y ver a mi papá y mi hermano como afición del América, y a mis tíos, no me era tan agradable, la verdad.

[Luz Saavedra]: Ahora habla Pilar Tlatempa. Le dicen Pily. Tiene 25 años y es una de las iniciadoras de la Barra Feminista.

[Pilar Tlatempa]: Era un ambiente en donde siempre era ellos haciendo una reunión para ver el partido y las mujeres atendiendo, preparando las botanas, cociendo la carne. Y ya, y era ellos ver el fútbol y no se paraban de ahí, y gritaban, y entonces todas las demás, volvíamos a llenar el vaso de papas, su chelas, como una cosa tan... una dinámica muy de ellos, donde las mujeres solo éramos parte para asistirles, para servirles, y no para entenderlo.

Yo no recuerdo ni una sola vez a mis tías o a mi mamá sentadas viendo la tele, jamás. Creo que siempre buscaron sus propios espacios. Después de haber preparado la comida y que ellos se enojaran o disfrutaran del fútbol, ellas mejor se iban a su espacio de la casa y platicaban. Y era también creo que un momento para ellas padre, porque al final los hombres, sus maridos estaban ocupados, entonces no iban a molestar en los 90 minutos que durara el partido, y ellas podían pues platicar y actualizarse y chismear.

[Luz Saavedra]: Es decir: mientras los hombres disfrutaban, las mujeres servían o, simplemente, estaban ausentes. Y, si así se comporta la afición varonil dentro de casa, ¿cómo lo hace en los estadios?

[Ambiente: estadio de fútbol, se juega un partido. Se escucha la transmisión del partido México vs Argentina Femenil en TV Azteca deportes]: Partido amistoso entre México y Argentina Femenil. Estamos desde Tepatitlán, en Jalisco, para vivir las emociones de este partido de preparación del equipo de Mónica Vergara, los equipos están a punto de salir al campo…”.

[Luz Saavedra]: A 23 de octubre de 2021, tras más de año y medio de iniciada la pandemia de coronavirus, las mujeres de la Barra han regresado, juntas, a los estadios.

[Ambiente: integrantes de la barra riendo mientras se escucha un partido de fondo]:

[Shelma Cerrillo]: ¿Como cuántas habremos sido? Yo creo como unas 10, 15 personas, más o menos. Pero no faltó el tipo que… Pues creo que… no sé si era un señor, no sé pero, bueno, era un tipo, un hombre que le gritó a una de las jugadoras.

A Cinthya Peraza.

[Ana Sánchez]: Justo así en la, en el bloque de asientos al lado de nosotras, un chavo le gritó a una jugadora como “estás bien guapa, se te ve muy bien la playera así pegada”, cosas así, o sea, una frase de acoso directo cosificando su cuerpo. Y sin ponernos de acuerdo pues le empezamos así “eso es acoso”, ¿no? “no le grites eso, es una jugadora”.

Y entonces, o sea fue como pocos gritos, pero el chavo notó que estábamos señalándolo, que ese grito que acaba de hacer es una falta de respeto a la jugadora, a su cuerpo, y es misoginia.

[Shelma Cerrillo]: Nosotras decíamos como "estamos yendo a un partido en el que intentamos alentar a las jugadoras que vean nuestro apoyo, ¿no? Y que de pronto pues ensucia esto con este tipo de personajes que van al estadio y que creen que pueden ir a sacar ahí lo que a veces, a lo mejor, ni le dirían a una persona si la tuvieran frente". Como hasta gritándolo entre la multitud como buscando ser un poco hasta anónimos, ¿no? Y respaldándose en ese anonimato.

[Ana Sánchez]: Imagínate lo pesado que es ser una jugadora profesional, o sea, entrenar diario, que ese sea tu trabajo y asistir al estadio y escuchar como si nada comentarios que cosifican tu cuerpo, por supuesto que las jugadoras no se merecen eso, ninguna mujer en su espacio profesional. Entonces creo que ahí tomamos la responsabilidad que tenemos como afición de señalar esa violencia, y se sintió muy bien.

[Shelma Cerrillo]: Llegan a ir de pronto las barras de la varonil a apoyar a la femenil, y empiezan con sus cánticos, hasta ahora es que me doy cuenta pues todo lo que está mal en sus porras. Siempre es agredir al otro y usar palabras discriminatorias.

Sí me acuerdo que en ese momento.

Me daban ganas de estar entre muchas personas para hacer un poco el coro contrario, como intentar contrarrestar sus cánticos que evidentemente pues mi amiga y yo no íbamos a poder hacerlo, ¿no?

[Ana Sánchez]: Creo que la mayor acción en contra de esa violencia en el estadio es gritar porras juntas, y hacer que se escuchen más que los gritos de violencia. Yo creo que es mucho más fácil ir un estadio y gritar que "las canchas de la Liga serán todas feministas" con 20 mujeres más, que también lo creen, que ir yo solita y sólo vivir individualmente la incomodidad de escuchar señores gritando cosas misóginas, ¿no?

O sea, yo creo que la importancia y como la chispa de la Barra es que hemos colectivizado la lucha feminista para el espacio deportivo, que todas ya traíamos las ganas de hacerlo de forma individual.

[Luz Saavedra]: Las mujeres de la Barra insisten que es responsabilidad de todas y todos hacer que los espacios deportivos sean mejores. En todos los sentidos.

[Habla Natalia Tolsa]: Yo jugué en Veracruz en 2018. Jugué una temporada nada más.

[Entra música]

[Luz Saavedra]: Ella es Natalia Tolsá. Natalia cuenta que el equipo solía entrenar hasta tres veces al día, 6 días a la semana.

Además, no tenían horarios fijos: sus entrenadores podían disponer de su tiempo en cualquier momento.

Natalia nos habló también del llamado “entrenamiento invisible”; éste consiste en que el entrenamiento no termina cuando dejan la cancha.

[Natalia Tolsa]: Son cosas que en realidad no se notan, pero tú sales de un entrenamiento y tienes que preocuparte por tomarte tu proteína saliendo del entrenamiento y llevarte un algo para no estar todo el camino con la panza vacía, ¿no? Y llegas a tu casa y tienes que prepararte una comida súper nutritiva para recuperar todo lo que perdiste, tienes que hidratarte muy bien, te tienes que bañar. Te tienes que dormir temprano, no hay tiempo para salir de fiesta y si sales se nota al día siguiente porque ya no rindes igual.

Hidratarte bien, comer bien, descansar bien, pues implica tener el dinero para hacer eso y pues no todas lo tienen.

[Luz Saavedra]: Es normal que deportistas profesionales vivan con estas exigencias. Sin embargo, para las jugadoras de la Liga Femenil esto representa un problema. Se trata de un trabajo de tiempo completo, sin horarios fijos, que compromete toda su vida, incluidos sus tiempos de descanso, por un sueldo mensual de 3500 pesos.

¿Qué ocurre con las jugadoras que no cuentan con otro apoyo económico, o con quienes tienen familia que mantener? ¿En qué momento trabajan o estudian?

Las mujeres de la Barra piensan que estos problemas también atañen a la afición.

[Pilar Tlatempa]: Si solo fungimos como espectadoras pasivas, como aficionadas pasivas, lo que pasa es lo que hoy vemos que es deportes en contextos sumamente violentos, desiguales, donde pareciera que la afición no tiene ni voz ni voto ni nada que hacer ni cambiar, cuando sí. La afición tiene esta gran capacidad para disfrutar, pero también tiene mucha incidencia dentro del contexto deportivo, que no es visibilizado, que no nos la creemos, pero que es así: que podemos construir espacios deportivos mucho más justos, iguales, equitativos, más bien, para todas y todos.

[Ambiente. La Barra entona]: “En dónde están, en dónde están, los directivos que van a pagar igual…”

[Shelma Cerrillo]: Me da como mucho gusto saberme parte de algo que anteriormente no estaba bien visto, o que ni siquiera se concebía, que había gente que ni siquiera sabía que las mujeres podían jugar fútbol, pero no solo jugarlo, sino que podían jugarlo bien.

[Luz Saavedra]: No debería ser una sorpresa para nadie el hecho de que, tanto en el fútbol como en el resto de los deportes, las mujeres juegan más que bien.

Las integrantes de la Barra Feminista insisten en que el fútbol femenil no debería tratarse como una causa social que merezca caridad. Es un negocio que podría crecer para permitir a las jugadoras profesionalizarse cada vez más al entrenar y jugar en espacios adecuados, con pagas dignas. Y no sólo eso. El fútbol femenil es algo digno de verse.

El público ya se ha dado cuenta. La final entre Tigres y Rayadas, por ejemplo, rompió el récord de espectadores de la liga femenil mexicana. Llegaron a más de 146 mil en vivo en redes sociales; lo que significó un incremento del 26%, con respecto a los espectadores de la Final de Vuelta del Guardianes 2021 entre Tigres y Chivas.

[Ambiente: pájaros cantando, un televisor. Suena la narración del partido Canadá vs Suecia]: “En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, saludos con mucho gusto a mi compañera Adri Maldonado nos espera un gran platillo futbolístico…”

[Pilar Tlatempa]: La final de los Olímpicos. Los vimos a las 6 de la mañana porque pues por el cambio de horario. Entonces éramos cuatro y nos reunimos para comer, para hacer pijamada y para despertarnos en la mañana siguiente, o sea madrugar para ver el partido. Y estábamos muy emocionadas porque sabíamos que uno de los equipos, que era Canadá, tenía una directora técnica, y para nosotras era muy importante ese hecho.

[Luz Saavedra]: Hablamos de Bev Priestman, una entrenadora de fútbol profesional de origen inglés que es la actual entrenadora de la Selección Nacional Femenil Canadiense. En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fue la Directora Técnica más joven, hombre o mujer.

La semifinal había sido cardiaca, Canadá contra Estados Unidos, que era el favorito para ganar los Olímpicos. Al minuto 72 Canadá metió un gol que sorprendió a todos y dejó a las estadounidenses con medalla de plata. Tras esa victoria, Canadá se enfrentó a Suecia por la medalla de oro.

[Pilar Tlatempa]: Y entonces ganó Canadá en los penales.

[Ambiente: suena la narración de partido Canadá vs Suecia]: “¡Viene Canadá!

¡Gooooooooool! ¡Gol con sabor a medalla de oro para la selección canadiense!”

[Entra música]

[Pilar Tlatempa]: Porque en el fútbol hay mayoría de hombres en todos los aspectos. En los cuerpos técnicos hay mayoría de directores técnicos, hombres. Para nosotras era muy importante ver cómo es el desempeño de un equipo que está liderado por una mujer, también. Porque sí se nota, se nota en la cancha, se nota en los tratos, se nota en la comunicación que tienen entre las jugadoras.

[Luz Saavedra]: En opinión de Vane y otras mujeres de la Barra, puede existir un fútbol distinto. Uno que no se base en el individualismo de los jugadores estrella, ni en el deseo de humillar al rival o de ganar a toda costa. El fútbol puede ser también un ejercicio de comunicación y de apoyo mutuo.

[Habla Vanessa Cisneros]: Así no debería de ser el fútbol, solamente agarrar y dar como balonazos. Pues no: es un trabajo en equipo, y es algo que no se comenta mucho con los niños o con las niñas.

[Pilar Tlatempa]: Y justo su directora técnica, pues lo hizo muy bien. Yo nunca voy a olvidar la cara de ella festejando este campeonato, llorando y abrazando a sus jugadoras. A ver, ahorita lo recuerdo y se me quiebra la voz.

Recuerdo que yo volteé a ver a mis amigas con las que estaba viendo ese partido y así todas desmañanadas, lagañosas, llorando, viendo como ganaba Canadá.

[música]

[Pilar Tlatempa]: Jamás me imaginé estar como aficionada al fútbol, porque yo como persona de ciencias sociales, siempre lo vi como un deporte que sirve para controlar a las masas, que es un deporte despolitizado y por tanto es el opio del pueblo.

Y decía: “No, por eso yo odio el fútbol. Nunca lo voy a ver, nunca voy a promoverlo”.

Yo mantenía muy firme esa postura y ya fue hasta egresada de la carrera que por ser feminista me volví pambolera.

[Ambiente: una cocina. Se enciende una estufa, se revuelve un guiso. Al fondo, las voces de dos o tres mujeres adultas hablando bajo. Unos niños ríen.]

[Camila Ramos]: Para mí pues ser feminista es poder tejer redes entre mujeres, porque esas redes entre mujeres salvan vidas.

Porque lo veo en mi genealogía: las primeras feministas fueron mis abuelas, aunque no se nombraban así. Porque, sin pretender romantizar todo lo que hicieron, la mamá de mi mamá sacó adelante a siete mujeres, que son mi mamá y todas mis tías. Y fue ella sola, ella sola con su mamá, con mi bisabuela. Mi abuela y mi bisabuela tejiendo esa red pequeñita de dos sacaron adelante a siete niñas.

Entonces, aunque no lo nombremos feminismo, las mujeres están tejiendo redes en el deporte ¿para qué? pues para poder salir adelante.

[Entra música]

[Camila Ramos]: Creo que ese es el primer punto que toca la barra: el poder tener un espacio seguro entre mujeres para ir a disfrutar de un evento deportivo.

[Shelma Cerrillo]: Siempre que gritamos nuestras consignas la gente se une.

[Camila Ramos]: No lo podemos hacer sólo un grupo de personas, y ya. Este cambio tiene que venir de todos lados, este reconocimiento tiene que venir de todas partes. Y ellas poniendo ahí el cuerpo, poniendo ahí el corazón en la cancha, son el núcleo de que todo esto pueda empezar a pasar, ¿no? Entonces, pues, aquí estamos. Aquí vamos a estar porque si lo que hace falta es apoyo al fútbol femenil, no va a hacer falta mientras la Barra Feminista exista.

[Ambiente: festejos de la multitud. La barra entona]: “Si gana una, ganamos todas”.

Semblanza invitadas

Pilar Tlatempa. Le dicen Pily. Tiene 25 años y es una de las iniciadoras de la Barra Feminista.

Ana Sánchez. Es aficionada e integrante de la Barra Feminista.

Luz Hernández. Es aficionada e integrante de la Barra Feminista.

Camila Ramos. Es aficionada e integrante de la Barra Feminista.

Natalia Tolsa. Jugadora profesional de la Liga Femenil.

Shelma Cerrillo. Es aficionada e integrante de la Barra Feminista.

Vanessa Quintana. Es aficionada e integrante de la Barra Feminista.

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