Punto ciego 2: Racismos

Un episodio para reflexionar juntxs sobre el racismo en México y cómo desde el quehacer artístico se manifiestan diversas operaciones para poner en evidencia y cuestionar de manera crítica su normalización. El racismo es una práctica introyectada en muchxs que debemos hacer consciente e impugnar desde diversos ámbitos. Y, precisamente, para conversar al respecto hemos invitado a Susana Vargas, Laura Anderson Barbata, Yutsil Cruz y Andy Medina.

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  • Anfitrionas: Virginia Roy y Sol Henaro
  • Episodio: 2
  • Duración: 32:24
  • Etiquetas: #Racismo, #MUAC, #UNAM, #SolHenaro, #VirginiaRoy, #LorenaWolffer

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Punto Ciego

Anfitrionas: Sol Henaro / Virginia Roy

Capítulo 2: Racismos

Rúbrica: Houston tenemos un problema, hay un descenso de presión a la entrada de nuestro nervio óptico. No vemos el planeta, necesitamos mayor claridad.

Punto ciego, los objetos están más cerca de lo que parecen.

Una deriva sonora sobre temas urgentes en el cruce del arte contemporáneo, con entrega mensual Sol Henaro y Virginia Roy, curadoras del MUAC te dan la bienvenida.

Punto ciego, un podcast MUAC, CulturaUNAM

Santa Cruz “Rap contra el racismo México” interpretado por Coyote

[Habla Mariana Camargo]: Bienvenidxs todxs a este segundo episodio en el que reflexionaremos juntxs sobre el racismo en México y cómo desde el quehacer artístico se manifiestan diversas operaciones para poner en evidencia y cuestionar de manera crítica su normalización. El racismo es una práctica introyectada en muchxs que debemos hacer consciente e impugnar desde diversos ámbitos. Y, precisamente, para conversar al respecto hemos invitado a Susana Vargas, Laura Anderson Barbata, Yutsil Cruz y Andy Medina. Gracias a todxs por formar parte de este espacio de encuentro sonoro.

[Habla Susana Vargas]: “Mejorar la raza; prietito en el arroz; güera de rancho; güerita color de llanta; aquí está tu rin cromado; güeros ni los frijoles; morena morenaza, ¿eres así o te das grasa?; Aunque la mona se vista de seda, mona se queda; no tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre; el niño es morenito pero está bonito; no te hagas el gringo que tras el nopal en la cara.

[Habla Susana Vargas]:¿Reconoces uno más de estos dichos en México? ¿Te has detenido a pensar a lo que aluden estas expresiones que tenemos tan internalizadas como parte de la cultura popular en México? Es en recientes años que empezamos a cuestionar cómo el racismo y el clasismo en México funcionan de una manera sistemática. Hemos naturalizado de tal manera las prácticas de discriminación y exclusión que sólo un esfuerzo de conciencia nos hace detenernos, cuestionarnos y empezar a entender que el racismo en México funciona a partir de estructuras y sistemas. Esto no nos debería de sorprender, porque el mestizaje en México se estableció como una ideología para unificarnos como ciudadanos en un contexto postcolonial. “Mexicanos somos todos los que vivimos aquí, la raza de bronce”. Sin embargo, muchos académicos han señalado cómo la ideología del mestizaje funcionó para oscurecer el racismo persistente en México y cómo ha tratado de homogeneizar a la población indígena.

Para mi trabajo de investigación ha sido útil reconceptualizar el concepto de “pigmentocracia”. Desde el siglo XIX el término se ha utilizado para explicar cómo la estratificación de la colonización española en América estaba fundamentada en el color de la piel y las jerarquías que se creaban en la estructura socio-racial. Como metodología utilizo la noción de pigmentocracia como una práctica en la que las tonalidades de la piel son percibidas a partir de las intervenciones sociales y culturales, así como vinculadas a un cierto nivel socioeconómico. En esta práctica la clase y la tonalidad de piel, aunque no son lo mismo, funcionan como dispositivos de poder autoreproducibles e interdependientes. Me parece aquí importante hacer énfasis en que, además de la reconceptualización de la pigmentocracia como un sistema, hago hincapié en la percepción. De esta forma, me alejo de una prima biológica; me alejo del pigmento para pensar entonces en la forma en la que una identidad desapercibida y es interpretada a partir, tanto de un tono como también de una forma de comportamiento basada en la clase social.

Al hablar de la pigmentocracia quiero ir más allá de un pigmento para pensar en las formas en las que, en conjunción con la clase social, nos relacionamos con alguien, muchas veces de forma inconsciente, porque la percibimos como morena o como blanca; como más adinerada o más pobre. Para mí es importante pensar más allá de un pigmento para entender las prácticas de discriminación y exclusión. Por ejemplo, mi pasaporte oficial mexicano dice bajo la categoría de tono de piel: “tez blanca”. Pero cuando este pasaporte expiró y estaba fuera de México, en Canadá, fui a renovar mi pasaporte y en tono de piel escribieron: “morena clara”. No puedo con certeza hablar de una tonalidad de piel, porque ésta cambia de acuerdo con el contexto en donde estoy, cambia de acuerdo a con quién estoy, al país en el que estoy, a lo que llevo puesto, a lo que estoy comiendo, dónde lo estoy comiendo, y con quién. No es fijo, cambia y es relacional. Es decir, mi tono de piel es percibido en relación a otros factores económicos, sociales y culturales. Para pensar en la pigmentocracia de esta forma contextual y relacional, me sirve pensarla en conjunto con la performatividad. Decir que la raza es performativa, así como lo hizo Judith Butler al decir que el género es performativo, quiere decir que, por ejemplo, la blanquidad se performa, se actúa, se constituye a partir de una serie de actos performativos: una serie de actos de hacer, realizar, performar, enunciar. Yo performo la blanquidad cuando módulo mi voz para sonar muy profesional, así la blanquidad es más que una tonalidad de piel o un pigmento, la blanquidad es una serie de actos reiterativos, codificados de manera específica, según cada cultura, de esta forma pensar la blanquidad o la negridad como un acto performativo ayuda a alejarse de cualquier esencialismo, y ayuda pensar las identidades dentro de la pigmentocracia como una posición relacional, histórica y socialmente codificada.

En el sistema sexo-género, el género es actuado performado y toma un rol, en la pigmentocracia la tonalidad de piel se performa en conjunto con la clase social. Es la forma en la que nos autorepresentamos el mundo, y la forma en la que somos percibidos. Pensar en la pigmentocracia junto con la performatividad nos ayuda salirnos del esencialismo, de la prima biológica, de pensar que todos los mexicanos somos mestizos y somos iguales, o que los que consideramos, muy de moda ahora, “whitexicans”, o los mexicanos blancos, son de un tono específico. Para mí es importante pensar la pigmentocracia más allá del pigmento para estudiarlo en conjunto con la clase y con los privilegios sociales que la piel que habitamos nos ofrece. Pero estos privilegios nunca son fijos, también son relacionales, y están ligados a un performance que es construido históricamente.

Es importante cuestionarnos cómo entendemos el racismo en México si queremos cambiarlo, para ello debemos primero cuestionarnos a nosotras mismas, cómo habitamos nuestro tono de piel y nuestros privilegios, más allá que señalar al otro, señalamos un sistema racista que favorece a unos mientras perjudica a otras. Este sistema lo vemos también dentro del mundo del arte: ¿cómo se ve la blanquidad en el retrato y en la pintura?;¿Cuáles son tus expectativas de la blanquidad como acto performativo?; a qué comportamientos, por ejemplo, está ligada la blanquidad y ¿cómo lo traducimos a una obra de arte?;¿Cuáles son nuestras actitudes creencias memoria y comportamientos en relación a la raza y la clase?; ¿Qué leemos en las obras de arte?; ¿La blanquidad excluye otros aspectos de nuestra identidad mestiza?; ¿Podríamos decir que la blanquidad, como una serie de actos performativos, ha entrado en nuestra conciencia y sentimos que tenemos que estar con alguien para mejorar la raza?

[Fragmento de canción]: “Me Gritaron Negra” de Victoria Santa Cruz

[Habla Andy Medina]: Hola qué tal a todos, mi nombre es Andy Medina, soy un artista trans de la ciudad de Oaxaca, en México. Bueno, mi producción artística se ha desarrollado en la Ciudad de México y en Oaxaca. Parte de mis intereses se encuentra el abordar algunos temas como la raza, el género, cuestionamientos, sobre también la economía y, también, algunas imágenes que tienen que ver con el imaginario popular en México.

[Habla Laura Anderson Barbata]: Mi nombre es Laura Anderson Barbata soy artista transdisciplinar, mi trabajo se desarrolla en el espacio público. Llevo trabajando desde los 90 en proyectos comunitarios. Los temas que desarrollo y que abordo en mi trabajo son temas en relación al medio ambiente y en defensa de los derechos humanos.

[Habla Yutsil Cruz]: Hola, yo soy Yutsil Cruz, soy artista visual interdisciplinaria. Mi interés principal es construir memoria para visualizar otros futuros posibles. Es un gusto estar aquí participando con artistas como Andy y Laura, con proyectos bastante interesantes y necesarios para construir una vida libre de violencia, me parece.

Sobre la pregunta de “qué entendemos como racismo.” Creo que en México existe el racismo, obviamente desde inicios de la Colonia, en esta diferenciación que suele hacerse y que hizo un grupo de personas sobre la población indígena, quien categoriza así a este sector poblacional, que ahí me parece que ya hay una discriminación y una racialización. Y el racismo pues básicamente consiste en eso, en un grupo de personas que se sintieron bastante gandallas, en un principio, ¿no? Europa, finalmente, en sus inicios, y que justifica o intenta exaltar una serie de valores, de características, ya sean físicas o de creencias, o de género, o de preferencias sexuales, para adjudicar una serie de valores que lo más importante que a mi me interesa señalar es que han servido para capitalizar y explotar a favor de un solo sector. Entonces categorías como “indígena”, o como “indio”, o como “prieto”, o como “negro”, ¿no? O de pronto otro tipo de categorías como “puto”, por ejemplo, que son altamente discriminantes y que exaltan una serie de valores que no son dados por sí mismos, es decir, que no tienen una condición biológica o natural dada, sino que están diferenciados de manera totalmente arbitraria e injustificada.

Creo que el racismo en México es una problemática que sí tiene sus orígenes en la Colonia pero que se continúa en el Estado nación, en la actualidad, y que ha dado pie a la explotación actualmente, sobre todo, del territorio; a la idea de la colonización de la mujer también. Que es un asunto que en México suele mezclarse muchos el racismo con condiciones de género o con categorías de género. El género también es una construcción social, me parece, que acentúa de manera mucho más grave la violencia. Sobre todo, cuando también se cruza con categorías como nociones de clase, por ejemplo. Estos tres asuntos: raza, género, clase, me parece que en México se interseccionan de maneras muy complejas y que, fácilmente, podemos reconocer también de manera cotidiana, pero que han llegado a abruptos racistas sumamente violentos, pienso. Por ejemplo, en el caso de Atenco, con la violación de las mujeres, porque es un caso que actualmente estoy trabajando y me ha dejado realmente impresionada, sobre todo por comentarios sumamente misóginos, por ejemplo, de policías, que descartan automáticamente el hecho de que las mujeres pueden ejercer su autonomía. Entonces estas relaciones entre explotación, acumulación de la riqueza, características físicas, nociones coloniales, estado-nación-México, son cosas creo que actualmente siguen en la superficie y que están profundamente enraizadas en nuestra subjetividad.

Yo quería hablar sobre dos piezas. Una es Historias mixtecas, que justo me interpela a nivel subjetivo y personal por el racismo que yo misma he interiorizado, a nivel personal. Mi abuelo era mixteco. En algún momento fue muy difícil para mí trabajar este tema con la familia, en un intento también de sanar una herida, un pasado. Y también reconocer a nivel nacional cómo se han dado los procesos de modernidad en México. O esos supuestos intentos de modernidad. Que implican, por ejemplo, la imposición del lenguaje o del idioma Español a nivel nacional ¿no? Como si fuera el idioma nacional. Y ahí, por ejemplo, lo conecto mucho con el trabajo de Andy, que homogeniza toda esta diversidad cultural de los diferentes idiomas, de los pueblos originarios que existen en el país. Es algo que me interesa mucho. Y también cómo esa categoría de la de “la india bonita” en México, implica también una idea muy patriarcal de que a la mujer mexicana se le puede colonizar, ¿no? Y entonces, se le puede conquistar. Incluso existen estos conceptos de maneras muy comunes y muy cotidianas. Me interesa mucho cómo en las historias narrativas de las películas mexicanas, por ejemplo, de todo el imaginario cultural que se ha desarrollado en el cine, en la televisión, en la cultura visual, en la pintura, los murales y, también, desde el arte y desde la producción de los artistas, hombres sobre todo: hay una construcción de una mujer que es indígena pero que está desindianizada, ¿no?, y que automáticamente pierde su autonomía en el momento en el que se vuelve una figura femenina representada. Entonces una de las cosas que hago, es en María Candelaria, esta película mexicana de 1945, en donde la actriz principal es Dolores del Río, que en ese momento es una estrella de Hollywood del cine mexicano, que muestra una idea de belleza también, un canon de belleza, un estereotipo hacia la mujer, pero que al mismo tiempo se presenta como la mujer indígena. Entonces lo que hago es hacer una cabeza de ella con una réplica, digamos, de su rostro mostrando sus características físicas. Y le pinto el cabello de rubio justo para señalar esta idea del blanqueamiento cultural que a nivel nacional creo que hemos estado viviendo como población; en esta idea, por ejemplo, de hablar español, de progresar, de dejar la indumentaria o los vestuarios característicos de las poblaciones indígenas, ¿no?... estudiar en una universidad o la idea del Palacio de Bellas Artes, por ejemplo, tan famosa en la época de Porfirio Díaz; dejar de tomar pulque para tomar cerveza, en fin, todas estas cuestiones yo las vuelco, de alguna manera, en este tipo de representaciones. Y lo que hago con esta pieza específica de María Candelaria es colocar la cabeza que hice, que es una réplica hecha en cerámica de alta temperatura, la coloco en una especie de chinampa, perdón, de una balsa, en un cali llamado en náhuatl, en los canales de Xochimilco, la coloco en la punta y hago un recorrido en Xochimilco que remite directamente a la película y a ese momento en el que María Candelaria va remando en su cali, recorriendo los canales de Xochimilco. Y le agrego el sonido de la película de ese momento, ¿no? Que ahí lo sonoro, me parece, que se vuelve imprescindible en el momento también en el que empiezo a repetir lo sonoro y empieza un loop. Que creo que son narrativas que son constantemente traídas a cuenta, que podemos reconocer en las telenovelas o en cualquier programa basura de la televisión, también que muestran esta idea aspiracional a ser blanca, ser rubia, ser bella, a mejorar, a progresar y, también, en el sector masculino, desde la población, de ser hombre. Pero a mí me interesan estas categorías en donde justo se cruzan estos asuntos de clase, género y raza.

[Andy Medina]: Muy interesante todo lo que menciona Yutsil, la verdad. Creo que sí compartimos mucho, una línea de intereses bastante fuerte, creo que es evidente que tiene que ver por el lugar en el que hemos nacido y pues por toda nuestra cultura que nos antecede, ¿no?, y de la cual somos parte, también, la que nos constituye.

El idioma para mí fue un determinante para empezar a explorar con diferentes aspectos como como la raza, justo. Porque, bueno, en Oaxaca existe también una gama de idiomas y aparte también existe una contusión bastante importante, y que para mí ha sido también revelador: darnos cuenta cómo nosotros por medio de ciertos conceptos y por medio de la etimología, nosotros mismos vamos generando prejuicios en cómo vamos determinando qué es un idioma, qué es una lengua y qué es un dialecto. Porque aquí en Oaxaca es muy común que a las lenguas indígenas se les diga “dialectos”. Nosotros como oaxaqueños referirnos a las lenguas indígenas que están al mismo nivel que cualquier idioma por su complejidad, no podemos seguir llamándolos por esta forma tan peyorativa. Pues bueno, esto es empezar por nosotros mismos, a darnos cuenta y a descolonizar mucho de este imaginario que todavía nos rige.

En México tenemos 68 lenguas indígenas con 11 familias lingüísticas, de las cuales hay 364 variantes, ¿no? Toda esta información pues es algo que realmente muy pocas personas lo tenemos presente, ¿no? O sea, la mayor parte de estudiantes, y que en algún punto también deja de tener esa importancia y relevancia. Te lo enseñan en la primaria y en la secundaria te lo dejan preguntar. Es como el género, son cosas que no se abordan o se abordan de una forma muy superficial. Bueno, creo que empecé con esta inquietud, justamente, desde la educación, traté de generar un vínculo entre lo que son las lenguas indígenas o lenguas originarias y cómo la educación también ha sido cómplice, o no cómplice, pero ha sido la base del racismo que existe, y que nos azota en México. Porque es ahí de donde nosotros empezamos a generar un criterio y toda nuestra base de datos que hay en torno al racismo. Bueno, por ejemplo, aquí tengo algunos datos: en 72 mil escuelas primarias existe, al menos, un niño que habla alguna lengua materna indígena. Y de esas 72 mil escuelas primarias pues realmente no hay maestros que se especialicen en hablar la lengua de estos niños o alumnos. Realmente está muy mal capacitada toda la estructura del sistema educativo que hay en México.

Bueno, una de mis piezas, por las cuales yo empiezo a decir trabajar, es justamente una serie de grabados, que es muy básico, porque son oraciones o cuestionamientos que hago en cada uno de sus grabados, y de hecho es una serie que todavía no termina. La idea es que yo pueda generar traducciones de estas oraciones en el mayor número de lenguas que yo pueda traducir. La oración, si tuvieras que traducirla al español, diría: “¿Quién es el analfabeta ahora?” Esta oración está escrita en zapoteco, mixe y mixteco, de Oaxaca; que es zapoteco del Istmo, mixteco de San Andrés Peñasco y mixe de Tlahuitoltepec. Bueno, la idea es que cuando tú leas esta oración, al menos que sepas el idioma puedas entender y justamente no ser un analfabeta. Para mí ha sido muy interesante ver cómo la gente se cuestiona, ¿no?, lee la oración y realmente se confunde al no poder entender qué dice. Y es hasta que leen el título o la nota de la obra, cuando se dan cuenta que ellos mismos están siendo analfabetas al no poder entender o comprender lo que dice la oración. Bueno, pues es solamente un gesto que, para mí, en su momento, resultó bastante lógico el hacer, el tratar de darnos cuenta que realmente estamos ante una situación, que nosotros deberíamos interesarnos también por poder comprender o en entender también la situación de las personas que están hablando alguna lengua indígena. En este caso yo, por ejemplo, no crecí y mi lengua materna no es una lengua indígena, pero en algún momento creo que sí deberíamos tener ese interés. No es que sea nuestro deber pero realmente creo que si queremos contribuir, también deberíamos ser parte del cambio, tenemos que ser al menos conscientes de la situación por la cual México atraviesa. No es posible que teniendo tantas variantes y lenguas indígenas solamente sepamos el español y eso, el inglés. Siento que no es congruente con la situación.

[Laura Anderson Barbata]: Me parece muy interesante lo que dices, Andy, conozco esa obra, me parece muy acertada y, también, cómo pone en evidencia ese juego que ejerce la palabra sobre nosotros, ¿no?

Julia Pastrana fue una mujer indígena cahíta, que nació en 1834 en Sinaloa. Ella nació con una condición que se llama hipertricosis terminalis e hiperplasia gingival, quiere decir que su quijada estaba muy desarrollada y tenía su cuerpo y cara cubiertos con un vello grueso, oscuro. Ella llegó a ser una cantante de ópera, mezzosoprano, y cantaba en cuatro idiomas: el cahíta, español, inglés y francés y además era bailarina. Fue una sensación en la época de 1800, ella viajó por todo el mundo, fue admirada, aplaudida, celebrada, también analizada, y escribieron acerca de ella. Era considerada una maravilla. Y todo esto por varias cosas, más bien, yo creo que se pueden tres de las que menciona Yutsil: género, indígena y en este caso, su diferencia física, en este caso su condición de hipertricosis.

Ella fue comprada, vendida, traficada, obligada a presentarse ante un público, analizada, investigada… los científicos estaban tratando de entender qué era esto. Fue llamada: “incivilizada”, “asquerosa”, “melancólica”, “una horrible criatura deforme”, “una monstruosidad”, “mujer orangután”, “niña oso”, “mujer-mono”, “la indescriptible”, “la sin nombre”, “híbrido”, “híbrido femenino”, “maravilloso híbrido”, “india semihumana de México”, “monstruo humano” “mitad hombre mitad bestia”, “el eslabón perdido”, etc.

En el periódico New York Times, bastante respetable, salió una nota acerca de ella: “Las fiestas navideñas no pueden ser más agradables que yendo a escuchar a Julia Pastrana cuya dulce voz encanta a las damas. La epístola del doctor Mott es impresionante, habla de la dualidad de la mujer osa y asombra al público. La troglodita de los días antiguos es reconocida. Cuatro pies (o sea un metro) de altura, con ojos como un tecolote y dotada con habla. El eslabón entre la humanidad y el orangután.”

La profesora Rosemarie Garland-Thomson creo que lo describe muy bien, dice: “El cuerpo de Julia Pastrana fue reclutado para cuestionar cinco oposiciones culturales fundacionales que estructuraron el orden social del siglo XIX y son: humano versus animal; civilizado versus primitivo; normal versus patológico; masculino versus femenino; el uno, el ser versus el otro. Entonces en este momento esto era lo que estaba formando el pensamiento de ese momento y que sigue siendo, hoy, se siguen ejerciendo esos mismos sistemas de discriminación. Aquí lo estamos viendo en un ejemplo extremo, porque su condición también llevó a que fuera explotada en vida y cuando ella muere, a los 26 años, es embalsamada en el hospital donde muere, junto con su bebé. Muere ella durante el parto y el bebé también muere. Entonces son embalsamados y el esposo, ¡el esposo y papá del hijo, de su hijo!, comienza a exhibir los cuerpos de Julia Pastrana y de su bebé de la misma manera como lo hizo cuando ella estaba viva, y tienen un gran éxito. Entonces la intervención del doctor Mott que habla al que se refiere el New York Times es muy importante porque se utiliza también el lenguaje de la ciencia. Andy hablaba del lenguaje de la verdad y del poder que se ejerce, “quién es el ignorante ahora”. Entonces al introducir la ciencia, como una voz de autoridad, y justifica prácticamente cualquier cosa que se le pueda hacer a Julia Pastrana y que se le hizo a Julia Pastrana.

Fragmento de Música. “Me llamaron negra” interpretada por Victoria Santa Cruz

Punto Ciego

[Empieza remix de cumbia “Corazón Enamorado” de Grupo Ginnsu]

[Habla Carolina Condés]: Definición del término “naco”.

Naco, el carácter racista del calificativo naco es confirmado más allá de toda duda por la fuente de toda nuestra sabiduría contemporánea: el buscador de Google. Todas las fotos y memes que aparecen cuando se busca este término son abiertamente denigratorios y presentan como “nacos” exclusivamente a personas con piel morena y rasgos indígenas y de extracción socioeconómico humilde. La definición de la palabreja en la Wikipedia, en inglés, ratifica con toda falta de autocrítica la indisoluble vinculación entre racismo, clasismo y pretensión, que la hace tan ponzoñosa:

[Voz de mujer leyendo en inglés]: “Naco is a pejorative word often used in mexican spanish to describe the bad manners, poorly educated people or those with bad taste. A naco is usually associated with lower socio-economic classes and / or the indigenous. But it also includes the nouveau riche.”

[Traducción]: “Naco es un término peyorativo muy usado en el español mexicano para describir los malos modales, a la gente poco educada o a aquellos con mal gusto.

El “naco” se suele asociar a las clases socioeconómicas más bajas y / o a los indígenas. Pero también incluye a los nuevos ricos.”

Me disculpo por la naquez de citar en otro idioma, pero me provocaba repugnancia traducirlo al español y no pude dar con artículo equivalente en la Wikipedia en español. Encontré, eso sí, que el Diccionario de Mexicanismos de 1959, de Francisco Santamaría, ofrece dos hipótesis con respecto al origen de este vocablo que confirman su carácter racial y clasista. En Tlaxcala significa indio de calzones blancos y, por otro lado, en Guerrero llaman así los indígenas nativos del estado y, por extensión, al torpe, ignorante e iletrado. Como el término “shajato” usado en México para menospreciar a los judíos de origen no europeo, la palabreja combina la referencia a un origen étnico particular con la crítica o burla a supuestos defectos personales y culturales: la fealdad, los malos modales, el mal gusto, la falta de educación, las pretensiones sociales infundadas. Realiza de esa manera una función doblemente discriminatoria. En principio, todos los morenos pobres están en peligro de ser despreciados como “nacos”; en segundo lugar, los que intentan o logran mejorar su condición social son objeto de renovado escarnio, por advenedizos o por intentar escapar del lugar de inferioridad que les corresponde en el imaginario de quienes se creen mejores que ellos. Por amenazar la jerarquía racial y de clases en que estos basan su imaginaria superioridad.

[Termina remix de cumbia “Corazón Enamorado” de Grupo Ginnsu]

Créditos

Agradecemos a Susana Vargas, Laura Anderson Barbata, Yutsil Hernández Cruz y a Andy Medina por su participación, así como el apoyo de Resistencia Modulada.

Introducción y seguimiento de procesos de este episodio: Mariana Camargo

Lectura del término naco por Corolina Condés, tomado del libro Alfabeto del Racismo Mexicano de Federico Navarrete, a quien agradecemos su disposición.

Logística y asistencia de producción: Mariana Camargo, Carolina Condés y Daniela Merediz.

Presentación y cierre por Joana Palomino

Gestión de Medios: Ana Cristina Sol

Revisión editorial: Vanessa López

Asesoría de contenido: Ekaterina Álvarez

Idea, locución, guión y producción por Sol Henaro y Virginia Roy

Fragmentos de música:

La presencia sonora de este podcast es cortesía de Arcángelo Constantini, bacteria.org.

  • “Me Gritaron Negra” de Victoria Santa Cruz
  • “Rap contra el racismo México” interpretada por Coyote

Revisa nuestro hashtag #MUACdondeEstes y consulta nuestra programación en muac.unam.mx, programa Podcast, así como nuestras plataformas digitales.

Escuchaste Punto Ciego, los objetos están más cerca de lo que parecen. Un podcast MUAC, Cultura UNAM. Punto ciego.

[FIN de Podcast]

 

Punto Ciego

Episodio #2: Racismo

Voces: Mariana Camargo, Susana Vargas, Carolina Condés, Andy Medina, Laura Anderson Barbata, Yutsil Cruz y Joana Palomino

Invitadxs: Susana Vargas, Laura Anderson Barbata, Yutsil Cruz y Andy Medina

Fecha de grabación: viernes 16 de octubre de 2020

Punto ciego

Los objetos están más cerca de lo que parece, un punto ciego ocurre cuando no podemos percibir lo que está cerca de nosotros: es la zona que nos impide ver partículas flotantes y acontecimientos que nos interpelan. Desde el arte contemporáneo, este espacio sonoro busca amplificar voces y enfatizar realidades con las que convivimos. Cada episodio es un diálogo sobre cómo el arte responde a determinadas coyunturas culturales, sociales y políticas, mediante procesos de trabajo, investigación artística y otros modos de extender las prácticas actuales.

Virginia Roy y Sol Henaro

Virginia Roy y Sol Henaro

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