Prototipos para navegar T2-4: ¿Deberíamos convertirnos todxs en hackers?

Tania Aedo conversa con Irene Soria, académica, hackfeminista, activista del movimiento de cultura libre y software libre, sobre la importancia de la figura del hacker en el porvenir tecnológico y por qué todxs deberíamos volvernos hackers.

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  • Anfitriona: Tania Aedo
  • Invitada: Irene Soria
  • Temporada: 2
  • Episodio: 4
  • Duración: 45:15
  • Etiquetas: #PrototiposParaNavegar, #MaxAub, #CátedraMaxAub, #futuro, #TaniaAedo

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Transcripción del podcast de la Cátedra Max Aub

Prototipos para navegar

Segunda Temporada #PodcastCulturaUNAM

Capítulo 4. ¿Deberíamos convertirnos todxs en hackers?

Anfitriona: Tania Aedo

Invitada: Irene Soria Guzmán

Rúbrica:

Cultura UNAM, presenta: 

No se trata de cuánto cambió nuestra vida por la pandemia. Se trata de cuánto podemos cambiarla a pesar de ella.

Cubrebocas hechos en casa. Teatro a la distancia. Talleres online. Prevención de enfermedades. ¿Qué nos espera en el futuro? ¿Qué puede esperar de nosotros el futuro contingente?

Prototipos para navegar. Un podcast de la Cátedra Extraordinaria Max Aub, Transdisciplina en arte y tecnología. Con Tania Aedo.

[Habla Tania Aedo]: Hola, me da mucho gusto darles la bienvenida. Muchas gracias por prestar escucha a este podcast. Esta vez vamos a conservar con  Irene Soria, @arenitasoria en las redes sociales. Ella es doctoranda en estudios feministas por la UAM-Xochimilco, también estudió el Doctorado en Estudios Transdisciplinarios de Comunicación y Cultura y obtuvo la maestría con mención honorífica en la Academia de San Carlos, en la UNAM. 

Ha realizado estudios en la Universidad de Valencia, España, en la Universidad de Villa María, en Argentina y la Licenciatura en Diseño y Comunicación Visual en la FAD de la UNAM, la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Es representante líder de Creative Commons México, consultora, académica y activista del movimiento del software y cultura libre. Es integrante del VI Consejo Consultivo del IFT e integrante del Executive Committee of the Creative Commons Global Network Council; formó parte del Comité Técnico Asesor del PREP del Instituto Electoral de la Ciudad de México. Es autora y compiladora del libro Ética hacker, seguridad y vigilancia de 2016, que constituyó uno de los primeros esfuerzos académicos mexicanos en torno al término hacker desde una perspectiva social y tecnopolítica. Fue editora invitada de la revista XRDS, de la Association for Computing Machinery en 2019.  Ha publicado artículos para diversas editoriales, entre las que destacan: la Oxford University Press, la Oficina de Arte Contemporáneo Noruega, la editorial jurídica Tirant Lo Blanch, también ha publicado en el Centro de Cultura Digital, en la Revista Tierra Adentro, así como en diversas publicaciones arbitradas.  Es profesora de asignatura en el Claustro de Sor Juana y formó parte del cuerpo de asesores en la maestría en "Transparencia y protección de datos personales" de la Universidad de Guadalajara, fue profesora también en la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Formó parte del grupo de investigación para el "Estudio de la violencia en redes sociodigitales" del CIEG, UNAM y también del grupo de investigación "Violencia política contra las mujeres en redes sociodigitales". Se ha desempeñado como consultora en materia de feminismo- tecnología, libre acceso y cultura digital para instituciones como la Bienal FEMSA, el ILCE, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y diversos grupos y organizaciones independientes. También ha dado acompañamiento y asesorías a mujeres en materia de violencia digital por razones de género. Sus temas de investigación abordan: tecnología crítica, tecnología y mujeres, cultura hacker, cultura y medios digitales de comunicación, software libre, hackfeminismo y el uso de licenciamientos permisivos para la creación y divulgación del contenido en Internet.

Bueno, pues, bienvenida Irene. Me da muchísimo gusto recibirte, y bueno comenzamos. En los últimos tiempos, se ha viralizado una gran cantidad de escándalos mediáticos que implican a los gigantes tecnológicos ocasionados por evidencias filtradas desde muchos lugares, que dan cuenta de una falta de ética, de una actuación opaca por no decir muy oscura en la extracción, uso y comercio de nuestros datos personales por ejemplo nuestras preferencias, trayectos, consumos, historiales de navegación. Este y otros temas relacionados con la privacidad y la seguridad digital han sido un tema recurrente en las intersecciones entre arte y tecnología desde hace muchos años. 

La World Wide Web que está montada sobre la infraestructura material de lo que conocemos como internet, dio un giro radical en los años dos mil con la llegada de los smartphones y de las redes sociales, y con esto, el surgimiento de la economía de datos. Una economía basada en la extracción pero esta vez no de minerales, o de agua, o de combustibles fósiles, sino de nuestros datos, y con los cuales se comercia. Estos escándalos se deben a que la mayoría de las veces esta extracción es nada menos que ilegal, o está en el limbo de la legalidad. 

La figura del hacker habita este limbo porque por un lado es visto como agente que con un conocimiento profundo de la programación, vulnera la seguridad y comete delitos informáticos, pero por el otro lado y este es el hacker del que hablaremos hoy, hombres y mujeres quienes “entienden la tecnología desde otro punto de vista que no es el del consumo, el elitismo o el individualismo aislado. Su mirada es desde la soberanía, la comunidad, la apropiación y el saber cómo funcionan las cosas. Gracias a ello y a su conocimiento técnico, conocen gran parte del funcionamiento de las tecnologías digitales y la importancia del cuidado de la privacidad, la necesidad del anonimato y el acceso a la información.” Esta es una cita del libro Ética Hacker

La red, la World Wide Web, que fue creada en los 80’s sobre esta infraestructura de internet, se transformó de una red de intercambio de conocimientos, objetivo que estuvo en el origen de su creación, nos recuerda el filósofo Bernard Stiegler, quien estuvo ahí en ese momento, que surgió en el CERN con la idea de interconectar a científicos alrededor del mundo para entablar discusiones clave para el presente de la humanidad, por ejemplo, en ese momento la discusión sobre la energía atómica. Pero con la llegada de la web 2.0  la transformación de internet de una red para el intercambio de conocimiento en una mina de extracción hacia los últimos años, y con estos escándalos como el de Cambridge Analytica, las demandas a Facebook, las guerras detrás de la cripto y la data economía nos han dejado muy claro que la World Wide Web se transformó en un lugar de disputa de la libertad de expresión que dista mucho de ser un espacio democrático y ético.

 Me gustaría mucho Irene que comenzáramos hablando acerca de tu ensayo “Cuando seamos hackers”. ¿Qué es un hacker y por qué nos vamos a convertir en una los próximos años?, ¿cómo lo vamos a hacer y cómo podemos comenzar a serlo?, pero sobre todo, ¿qué podría pasar si no lo hacemos?, y con un énfasis especial en ¿por qué esto es un tema clave especialmente para las mujeres y las niñas?

Bienvenida Irene, muchas gracias. 

[Habla Irene Soria]: Muchísimas gracias, Tania. Bueno, primero agradecer el espacio y siempre la oportunidad de coincidir en voz de manera virtual o presencial, siempre será un placer coincidir. Y pues bueno, sí, lo que pasa es que como tú muy bien lo apuntaste en esta introducción y un poco apelando a algunas ideas que evidentemente no solo yo, sino un grupo de personas hemos tratado de poner en la mesa y el diálogo en los que se discuten los temas digitales y cuando se discute la vida en internet, o la vida en línea, o la vida en el mundo virtual. Y efectivamente, frente las problemáticas que se han venido dando y que considero que a partir de la pandemia son muchísimo más evidentes porque prácticamente, pues, todas las personas con esta posibilidad de acceso a internet que tuvieron que virar su vida todavía más, volcarla en el medio digital todavía más, porque ya estábamos muy conectadas y conectados ahora que habitamos internet de una manera pues casi ininterrumpida, donde dejamos nuestras emociones, nuestros afectos, nuestros encuentros, pues efectivamente las problemáticas que son evidentes pues a la luz de todas y todos también subyacen otras problemáticas que no siempre se ven. Y unas de ellas son las que tu muy bien apuntaste al inicio, como este control tecnológico por parte de las empresas, el hecho de que tengan todos nuestros datos, que conozcan a todas nosotras y nosotros, y cómo esto eventualmente pues les representa un capital sumamente importante, un capital cognitivo sumamente valioso y que no sabemos bien a bien qué están haciendo con ello. 

Bueno, todo esto que parece incluso de ciencia ficción, y que algunas personas incluso pueden tachar de teoría de la conspiración, cuando hablamos de estos temas, pues por ahí surge una figura que en su momento fue… digamos que nace como parte de una disidencia, o que nace como parte de una propuesta que se contrapone al cierre y al control tecnológico, y que luego fue visto de manera negativa en gran medida por los medios masivos de comunicación. Y justo me refiero a la figura del hacker. Y la figura del hacker como también tú muy bien apuntabas, pues, de pronto hoy en día cuando te dicen: “me hackearon la cuenta”. Pues en automático te imaginas a una persona que se metió en tu computadora porque tiene habilidades técnicas computacionales avanzadas o muy elevadas o muy específicas que le permiten hacer cosas con su computadora. Lo cual es parcialmente cierto, porque es verdad que el inicio del término o de las primeras veces que los encontramos de ahí de los cincuentas y los sesentas, pues sí habla de alguien que gusta de cosas, que gusta de resolver problemas, que evidentemente, pues, literalmente está ahí hasta que resuelve una circunstancia o una problemática, y que con la llegada del cómputo, pues se convirtió en un principio como en un hobbista, en alguien que hacía por hobby el aprender a usar el nuevo aparato porque no había clases de computación aún, y aprendió a utilizar la computadora y aprendió a manejar las inconveniencias y digamos a leer el manual. Pero ¿qué pasa cuando esas computadoras ya no vienen con manual?, cuando ya las computadoras con el avance de los años y con esta necesidad de las empresas, que bueno, evidentemente lo podemos discutir, pues buscan que cualquier persona la pueda utilizar, que sea algo como un electrodoméstico, decía Steve Jobs. 

Sí, una computadora no tiene porque ser algo que únicamente un grupo de personas pueda utilizar, sino que todo el mundo. Esto que suena muy, obviamente muy positivo y que es lo que hoy nos permite tener, pues, interfaces, o que nos permite tener aplicaciones muy fáciles para conectarnos, pues también tiene detrás algunos mecanismos que no sabemos cómo funcionan. Y ahí es como las personas hacker entran un poco en cuestionar, ¿no?. Ahí un poco las personas hacker dicen: “oigan, sí me parece increible que tengan mucha facilidad estos programas, pero ¿qué está pasando detrás?, ¿cómo está funcionando? Necesito saber el funcionamiento de este software o de esta máquina”. Y lo que ha pasado en las últimas décadas es que cada vez sabemos menos como funcionan estas herramientas, no solamente a nivel físico, a nivel de hardware, sino a nivel lógico, a nivel de software. 

Y esto representa una problemática. Por eso, cuando, insisto, no solo yo, pensamos varias personas en volver a traer a la escena la figura del hacker, es un poco para retomar estas prácticas. Estas prácticas de preguntarnos cómo funcionan las cosas, incluso de hacerlo uno mismo, una misma, de hecho por ahí viene el término hack. Cuando tú quieres hackear algo, cuando dices: “ay, mira es que vamos a, no sé, hacks de vida, o hacks de maquillaje o hack”, que de pronto lo escuchamos de manera más o menos habitual, hacks de moda. Pues en realidad lo que subyace detrás es un conocimiento de esa disciplina, cuando tu vas a hackear algo es porque ubicas cómo funciona y de alguna u otra manera haces que funcione a tu favor o modificas un poquito o entras en algunas de estas situaciones que te puedan permitir hacerlo más fácil, más cómodo, o bien más hacia tu beneficio. Entonces, la figura del hacker, me parece importante en esta coyuntura, en esta problemática y en esta situación post pandémica, porque justamente sus prácticas, nos pueden permitir otras reflexiones y quizá, tal vez, a lo mejor como un sueño, encontrar una fisura que nos permita, pues, ahí como una esperanza posible, una distopía. Entonces, un poco como para cerrar, o para circular este punto, la figura del hacker que también la podemos súper cuestionar, porque hace poco cuestionamos también la individualidad del hacker y ahí viene un poco lo que decias de las mujeres. De pronto, nos damos cuenta de que la mayoría de los hackers o cuando hablamos de hacker, pues pensamos en un varón, hombre, blanco, probablemente del norte global o que por lo menos tiene muchos tiempo para estar en la computadora, que tiene quien le dé de comer, que tiene quien le haga su cafecito, que está a expensas de cuidados. Y cuando lo pensamos, y bueno qué pasa con las mujeres que se pueden apropiar o no de la tecnología, porque además estamos mucho más susceptibles a las violencias, como en la vida, porque seguimos en un sistema patriarcal, pues ahí nos preguntamos: ¿bueno, entonces cómo sería esta situación  en el caso de las mujeres, en el caso de las niñas, que es como todavía más específico. Y ahí es, donde nos cuestionamos y la individualidad, y nos cuestionamos qué tanto la individualidad del hacker solito, ahí el solo en su cuarto, en su computadora aprendiendo como funciona un servidor, nos funcione a nosotras. Entonces, tal vez en el caso de las mujeres, esa es una cosa más de hacerlo entre todas o hacerlo entre nosotras mismas, en lugar del do it yourself el do it together, hacerlo juntas. Pero bueno, digamos para cerrar esta parte, la propuesta incluso podría ser una propuesta hacker, pues, más específica, iba a decir la palabra tropicalizada, pero no me convence la palabra; pero bueno, más regional, a lo mejor un hacker con j, un hacker lationoamericano que lo haga más en colectividad y que nos cuestionemos cómo, no solamente las mujeres, disidencias sexuales y demás, podemos apropiarnos de la tecnología con estos principios, sabiendo cómo funcionan las cosas, un poco entrándole a los fierros, a la técnica; sí pensar en que lo fácil es importante, pero ¿qué pasa con la posibilidad de hacer nuestras propias herramientas? Es posible, no es posible, qué decían los hackers desde los sesenta, desde los setenta, que es como inició el cómputo. O sea cómo funcionan las computadoras de raíz y como más bien, volvemos nosotras y nosotros a tomar conciencia de eso y no al revés. Porque parece que está llegando un punto en el que son las computadoras, o son las redes, los medios, los medios digitales los que nos controlan y los que nos dicen incluso a donde fuimos, a donde vamos, qué hacemos, qué decimos y por ahí también la posibilidad de que controlen nuestras preferencias o nuestro… Yo lo decía un poco en el ensayo, que llega un punto en el que, pues, estas decisiones pueden afectarte, no solamente individual sino colectivamente, el que influye en la toma de tu decisión, en cómo, por quién votas, o sea sí qué es lo que compras, pero también probablemente por quién votas o qué vas hacer con cierta situación. Entonces, bueno digamos que en esta primera parte o en esta primera oportunidad de participación lo dejaría ehí, como en la propuesta de retomar estas practicas, dicidiencias tecnologicas, desde la practicas hacker de los sesenta y no dejarlo ahí, replantearnoslas, repensarlas y apropiarnoslas y hacer nuestra propia idea del hacker o de la hacker, ¿cómo sería una hacker feminista?, por ejemplo. 

[Tania Aedo]: Claro, y ahora que estamos siendo cada vez más conscientes de las diversas formas de la extracción, y hablando de ellas, pues, además de la extensión de datos y de nuestra información personal, como que en este intercambio de interfaces digamos más fáciles, más amigables pues hemos intercambiado esa facilidad por interfaces que están cerradas, que tienen el control sobre lo que hacemos y sobre nuestra vida digamos computacional o nuestra relación cognitiva con las máquinas y eso me lleva un poco a preguntarte sobre soberanía tecnológica, como país pero también como personas, ¿qué tan lejos estamos? ¿qué tanto se discute?, qué tan importante es a nivel, digamos, sí a nivel estatal, pero también a nivel personal y cómo podríamos empezar a hacerlo. 

[Irene Soria]: Sí, yo creo que la soberanía tecnológica podría o tendría que buenoestar a la par de otras muchas discusiones sobre soberanías en otras áreas, y yo veo que no se discute tanto como la soberanía alimentaria, por ejemplo, o algún otro tipo de áreas, porque evidentemente la tecnología y la manera en como estamos hoy utilizando nuestros recursos pues son a través de terceros. Todo, prácticamente todo lo que usamos en cuanto herramientas tecnológicas de la vida cotidiana, que resuelven nuestras pequeñas problemáticas como ir a un lugar, cómo llego a tal lado, ya no preguntamos, sino vemos en el google maps. Y hay que reconocerlo, es súper fácil, es super cómodo, está todo a la mano. Pero bueno, esta facilidad efectivamente como bien apuntas no solamente está cerrada y no sabemos cómo funciona porque no vemos la receta de cocina, el detrás de cámaras, el detrás de bambalinas. Sino que además está hecho por un tercero y está centralizado, o sea, hay una centralización brutal de la tecnología, aunque parezca que está como medio dividido en cinco empresas, en realidad pues cada una de estas empresas controla, yo me atrevería a decir que Google es aún más la que tiene pues muchísimo más en el control y en conocimiento de la mayoría de personas que habitamos el planeta. Entonces, hablar de soberanía tecnológica es sumamente importante porque pues hacía allá va, creo yo, parte de la resistencia, un poco también con esta propuesta de futurear, de pensar futuros posibles. Creo que pensar el futuro de la resistencia va por aquí, por, no solamente plantear la soberanía tecnológica, sino también por replantear qué estamos entendiendo primero por tecnología, si nosotros como ciudadanos, ciudadanas de pie, qué estamos entendiendo como tecnología y cómo nos acercamos a ella y qué queremos de ella. Y en una de esas, a lo mejor no hoy, no mañana, pues, comenzar a fincar las bases de, bueno, que las personas que se acerquen a una computadora pues no aprendan a usar una paquetería ofimática, sino que aprendan a armar su propia computadora, que podamos hacer nuestros propios softwares. Insisto, a quien no le interese quizá no lo hará pero que las infancias, por ejemplo, aprendan a hacerse sus propios videojuegos, que de pronto tengamos la posibilidad como el profesorado a generar o a pedir que se nos haga un software a medida, que de pronto pues un gobierno pueda o tenga la posibilidad de tener pues un poco más de… es que no quiero decir la palabra “control”, porque eso me lleva a otra cosa. Cuando pensamos en soberanía tecnológica, creo que, o cuando pensamos justo en manos de quien está la tecnología, parece que solo se nos ocurren dos líneas o dos reglas o está en el gobierno, por eso parece que me abrí, pero no, intentaré retomar. Están el gobierno, como que tienen el control, el gobierno o las empresas, como que pareciera que solo hay de dos opciones. O lo hacemos estatal o hacemos que haya un control estatal o hacemos que sea una empresa la que provea del servicio y ya nos olvidamos de todo. Y yo quisiera futurear hacia ser un poco más creativos y tratar de que no sea una dicotomía o que no sea algo dual, sino que pensemos en otra cosa sino nos gusta ninguna de las dos opciones porque probablemente no nos guste ninguna de las dos. Entonces, pensar y replantear una responsabilidad individual en tanto individuos en la colectividad quizá podríamos empezar a pensar o replantear algunas posibilidades. Y con esto a lo mejor rompemos algunas ideas que ya teníamos como que todos tengamos que estar en el mismo, que todos tengamos que ser iguales, las ideas de la globalización pues. A lo mejor una soberanía tecnológica ni siquiera se vincula o no necesariamente tendría que vincularse a un gobierno que controle, ¿qué pasaría si de pronto la ciudadanía o de pronto la colectividad asumiera no solamente el ejercicio de su tecnología sino también el escrutinio y el cuidado y la ejecución de su tecnología. Esto que digo puede parecer muy utópico pero ya pasa en algunos lugares, con sus matices, evidentemente, pero, por ejemplo, hay muchas comunidades virtuales o comunidades de proyectos que podríamos voltear a mirar y que ya llevan varios años como por ejemplo, Wikimedia, Wikipedia, que al final es, digo, evidentemente sí hay como jerarquías, hay organizaciones, o sea, es claro, pero la construcción de lo que sucede en Wikipedia también vino por  parte de una colectividad y en gran mayoría de personas voluntarias. Entonces, yo considero que una de las cosas que podríamos ir haciendo y que por ahí se estan viendo en algunos espacios es eso, como tratar de manera individual, uno: pensar no solamente en que somos individuos y nuestra facilidad de uso; sino que también pensarnos como parte de una colectividad, que si yo me cuido, que si yo logro hacer algo con otra cosa que no sea este software que me vigila, pues a lo mejor mi compañero, mi compañera, lo podrá hacer también, o si yo logro hacer esto, a lo mejor otras personas también. Y si ogro que un artista visual pueda generar su propia herramienta sin depender de las herramientas tecnológicas que además, quizá, marquen su estética, qué se yo, creo que esta posibilidad de hacerlo de a poco, sabiendo que no va cambiar para mañana, pero que podríamos ir fincando el camino, podría ser una posibilidad, y sobre todo, ya con esto me acerco hacía mí, hacía el cierre de esta parte, creo que también la propuesta de que, de que vayamos mirando también a que no nos desesperemos en tanto que no seamos todos por igual o que no lo vayamos a hacer todos a la vez, ni al mismo tiempo, o sea, es una problemática que cada vez está más fuerte, me parece que lo que viene  o el futuro o la futureada podría ser, justo, replantear las disidencias o construir las disidencias e ir haciéndolo desde ahora educando las disidencias. La palabra educar no me encanta, pero digamos tratar de construir esas disidencias, eso. Tratar de poner, se puede hacer esto, se puede hacer esto, va pasar esto, aguas con esto y ya hay por ahí unas cosas. Educación a las infancias más hacia no el uso de las herramientas, sino a la posibilidad de hacerlas, la posibilidad de que cada gobierno pueda librarse de los terceros, de empresas como microsoft o google, que las universidades generen sus propias tecnologías, que haya más recursos para la autonomía tecnológica y de manera individual cuestionarnos pues que tanto queremos dejar nuestra alma a estas empresas, o sí pero qué tanto; y tener la posibilidad de salirnos en algún momento. Pero bueno, ese es más o menos este punto y, pues, bueno obviamente estamos marcando el camino porque todavía no sabemos muy bien qué podría pasar o qué más podríamos hacer. 

[Tania Aedo]: Exacto, que estamos ya en ese futuro distópico que como decías, que se podría hablar de él. De esta manera, podría parecer teorías de la conspiración, pero que lo estamos viendo clarísimo, sobre todo como antes de la pandemia y durante. Y bueno, me gustaría muchísimo terminar preguntándote. Nosotras nos conocimos en el laboratorio Arte Alameda hace muchísimos años cuando tu hacias tu servicio social en el contexto del arte. Entonces, me gustaría preguntarte si el arte tuvo algo que ver con que tu te dedicaras a estos temas y si fue así, ¿cómo fue?

 [Irene Soria]: Sí, total, o sea fue, es bien bonito que lo menciones porque además fue ahí donde nos conocimos, yo creo que fue el Laboratorio Arte Alameda y mi inicio o lo primero que yo vi, que fue como el arte electrónico y todo lo que tenía que ver con la creación por medio de un computador, ahí fue la primera vez que yo escuche pues hablar de otros softwares que no conocía y donde oí por primera vez hablar de software libre. Y me di cuenta de ello mucho tiempo después, evidentemente en ese momento no me lo enuncié así, pero, pues, todos estos artistas eran hackers o son hackers porque tienes que hacer que una tecnología específicamente como tu necesitas que funcione, o sea, no puede ser lo que viene por default, ¿no? Un artista electrónico, un artista de nuevos medios o un artista está moldeando la tecnología, quizá, ya existente, algunas, algunos lo hacen todo desde cero. Definitivamente yo creo que las y los artistas son hackers, no solamente electrónicos, o sea, si ya lo pensamos así. Todas son hackers porque están buscando qué hacer, cómo hacerlo, conocer su herramienta y cada cosa es un reto. O sea cada cosa, cada nueva pieza nueva es un rato, cada nueva forma de, o cada nueva manera de encontrar la posibilidad de generar lo que está en su cabeza y lo que quieren crear, pues, definitivamente se vincula un montón con la posibilidad de hacer otras nuevas formas, como otros mundos posibles, y qué hace el arte sino eso o que intenta hacer el arte sino eso, imaginar otras posibilidades, imaginar otros mundos posibles; y creo que esa es otra forma de resistencia también. O sea, en esta distopía en que ya estamos, como bien apuntas Tania, viviendo ya, pues, a veces ni siquiera se nos ocurre otra posibilidad. Decía una colega que estaba en un congreso y que no la habían invitado a la cena de, que un grupo de colegas iba a ir a cenar, y que no la invitaron porque no tenía whatsapp, porque ella no usa whatsapp y entonces ella dijo: “bueno, y porque no me tocaron, estaba enfrente, mi cuarto, estábamos en un congreso, todas las personas en un hotel, y tu estás viviendo en el cuarto de enfrente y no se te ocurrio irme a tocar al cuarto, se nos ocurrió usar el whatsapp”. Entonces eso es también quitarnos una limitante, quitarnos esas barreras y creer que si no es a traves de esas cosas, ya no se puede, recordar que en la lucha feminista, por ejemplo, ganamos el derecho al voto antes de que hubiera redes sociales. Entonces, eso también lo vincularía sin duda con el arte; y sin duda esto que vivimos y que nos marca, como fue en mi caso, en el servicio social en el Laboratorio Arte Alameda, pues sí puede marcar una veta, una ruta profesional y que tiene que ver con esta imaginación y esta posibilidad de necear, lo digo yo, como a ver nacemos. Irene, pero eso es muy romántico, eso es muy idealista, y yo pues sí, pero si no es así ¿cómo? lo demás está bastante jodido, ¿sabes? Entonces, frente a cosas tan distópicas y tan terribles o bajo crisis o bajo cosas que no creíamos que iban a pasar, como estar encerrados y encerradas durante dos años. Pues hay que tratar de imaginar cosas que no creamos que puedan pasar. Y una de esas puede ser que nos apropiemos de nuestra tecnología y que seamos libres, al menos desde ahí poco a poco y que marquemos el camino para las personas que vienen. Pero no sé, evidentemente son ideas y sueños, querida Tania, como los sueños que tuve en el Laboratorio.

[Tania Aedo]: Pero mira hasta donde te trajeron, que bueno. Me encanta lo que estás contando porque además esa metáfora de ir a tocar la puerta me recuerda que, bueno, ahora que estamos todes queriendo convertirnos en micelio y hacer relaciones más tentaculares, en fin. Y de pronto, se nos presenta por ejemplo la posibilidad de que alguno de estos megalómanos que no conocemos, compre una de las redes sociales más importantes, a la que le atribuimos ciertas cualidades de cierta libertad y un poquito de, hasta cierto punto, practicas digamos democráticas, pues, nos ponemos a pensar que podría pasar si de pronto ya son los únicos canales que nos quedan para hacer esas redes tentaculares que son tan importantes de hacer ahora. O sea, si no creamos estas prácticas de ir y tocar la puerta que no tiene whatsapp o no quiere usar whatsapp, va ser muy difícil en el futuro. Bueno, y esta incertidumbre de que algún gigante megalómano del tecno patriarcado dominante se apropie de una red social, pues, es fuerte. ¿Qué piensas de eso?

[Irene Soria]: Pues que justamente esto que pasó relativamente hace pocos meses o creo que fue este mes, fue al inicio que se dio esta noticia de Elon Musk, multimillonario o uno o creo que es ya el hombre más rico del mundo, compró Twitter y por ahí hubo, estuve leyendo como varias opiniones sobre qué representaba esto y yo veía que el centro era el tema de la libertad de expresión, porque, claro, él hablaba un poco de eso. O sea que él proponía, o como el salvador empresario que es ¿verdad?, proponía que la libertad estaba, justo, en la libertad y que podía incluso sus enemigos tener la posibilidad de hablar por él. Y también dijo algo interesante que nos volteo a, bueno al menos me hizo voltear a verlo con un poco más de detenimiento, que también había como prometido que iba a liberar parte del código de Twitter y un poco era, ese ha sido mi activismo durante tiempo. Entonces me quedé pensando, okay sí, qué significa que un empresario de esta naturaleza, que como bien dices tú megalomano, que de pronto tenga esta inquietud o que parezca frente a los ojos de muchas personas, porque también es un hombre, yo veo, muy admirado, por cierto grupo de personas, sobre todo a muchos de los que están en el área tecnológica, y que lo ven como este visionario y que bueno estarían muy felices de que el gobernara parte de sus vidas. Y qué significaba esto. Y detrás, como siempre, pues, no hay nada de ingenuidad y no hay nada de buena ondés, ya una vez que indagas un poco más. Porque en realidad Elon Musk ya había vendido parte de sus acciones desde antes, y creo que desde antes, desde hace algunos meses, casi a inicios de año. Y lo que está pasando es que hay un vínculo bien cercano con Google y con los tratos que están teniendo, como decimos, tras bambalinas. Acá, bueno, sin ahondar demasiado, creo que lo importante a saber para reflexionar justo desde el punto de vista de la tecnología crítica y lo que nos trae también un poco a este podcast y todo este tema es que en realidad, más que ser comprado por Elon Musk, él solo, él como individuo, pues estamos hablando otra vez de consorcios que están haciendo tratos bastante importantes, fuertes, que nos afectan a toda la humanidad. La verdad yo me atrevo a decirlo a ese nivel. Porque lo que sucede con las empresas de Elon Musk, por ejemplo, es que tienen satélites en el espacio, pues, y Google tiene la infraestructura y los datos y la tecnología en otros espacios y en otros niveles. Entonces, qué pasa por ejemplo con el cómputo satelital, si de pronto este vínculo que hay entre consorcios se lleva ahora al espacio en tanto que ya no necesitamos servidores o que ya no, es que suena tan irreal, pero de mi se acuerdan. ¿Qué pasa si de pronto ya no tienen que tener jurisdicciones políticas y regionales y estatales de cada país? Y ya no importa si el servidor está en Estados Unidos, ¿qué pasa si ahora colonizamos el espacio?, ¿qué pasa si ahora nos aliamos y utilizamos la tecnología satelital que ya están desarrollando las empresas de Elon Musk, desde hace también algunos años y lo juntamos con toda la información de todos los servicios de los que ya somos dependientes, que es el caso de Google. Porque ya cada vez hay menos personas que no tienen estas cuentas y cada vez usamos toda la infraestructura y todos los servicios. Yo lo pienso un poco en software, como servicio. Entonces, pues empecemos a imaginarlo también desde el punto de vista negativo, empezamos a futurear: ¿qué significa que estos consorcios hagan estos vínculos que nos afectan tanto como humanidad? y ¿qué significará también? Porque tampoco es que sean muy listos, me parece, sino más bien ellos están viendo siempre, al final, por sus intereses. Sí creo que hay una idea de que van a salvar el mundo y por eso cuando yo vi esta película de Don’t Look Up, No mires arriba, me pareció tan, pues tan real y tan certera. Este gran empresario que cree que va a salvar al mundo, que además cree tener la tecnología más allá de lo que puedan hacer los científicos y, al final, pues el beneficio no es para las personas al centro, el beneficio no va ser para las personas en general o no están poniendo a las personas al centro, sino están poniendo a pocas personas al centro, a dos, tres personas al centro. Llámese Elon Musk y todos sus y todos los líderes del tecno patriarcado como bien han dicho. Entonces, yo sí creo que la distopía es presente, quiero ser esperanzadora, pero si no lo vemos así y no lo comenzamos a creer, pues creemos que la discusión está solo en la libertad de expresión en Twitter, cuando la problemática me parece que es mucho más amplia, mucho más a futuro y mucho más macabra. Por eso creo que nos toca imaginar otras cosas igual de poderosas, o sea igual de ciencias ficcionales e igual de irreales. Pues también atrevámonos a imaginarnos cosas que aparentemente son irreales pero que por lo menos nos beneficien un poco más.

[Tania Aedo]: Absolutamente, yo sí creo que nos vamos a acordar de ti mucho en un futuro muy cercano. Nuestra comodidad nos va a costar, nos está costando muy cara y va a ser muy difícil recuperar los lazos, los vínculos de todo tipo, afectivos, sociales, políticos, sobre todo si solamente se los dejamos a las plataformas que tienen un propietario. Como por ejemplo esta, a través de la cual estamos hablando y que sabemos que le da unos poderes digamos entre comillas al patrón, por ejemplo de saber si estamos poniendo atención o no. En fin, como que tiene prácticas que no son nada transparentes y que, pues eso, son investigaciones y producciones que son más bien producto de un modelo de negocio y que no están siendo financiadas, y los gobiernos ya no tienen prácticamente poder sobre ellas, que además no están, no hay reglamentación, no se conoce porque además, otra vez, sí, la generación que está manejando las riendas de esto, no es la que entiende qué pasa, no hay digamos hackers como es ese nivel de toma de decisiones, y estamos cediendo por comodidad todo el poder a justo este tecno patriarcado y estoy segura de que nos vamos a acordar mucho de tí en el futuro. Pero, bueno, mientras tanto, ojalá que nos estén escuchando muchas personas con ganas de convertirse en hackers porque no nos queda otra.

[Irene Soria]: Sí o llamarlos de otra forma. Digo, al final es la propuesta del nombre con las prácticas pero por lo menos; primero, la toma de conciencia que eso ya no es poca cosa y eventualmente saber que tenemos que tener como el… una vez un colega ofreció una metáfora y me pareció muy conveniente, de tener como la ruta de escape, como tener el botón de “sácame de aquí”; o sea el ESC para salirte de la aplicación. O sea es este: espera ¿cómo me salgo de este metaverso?, espera ¿cómo me salgo de esto que ya no me está gustando? Y yo a últimas fechas también, lo pongo muy en la mesa en tanto cómo estamos pensando nuestras luchas sociales, por ejemplo. Eso es también lo que más me enchina la piel cuando pienso que, pues gran parte de nuestros feminismos, por ejemplo, también se están construyendo a través de contenidos en instagram, en Facebook, en Twitter. Y que más allá de satanizar y no va por ahí, por supuesto que jamás me atrevería siquiera como a cuestionar el trabajo y la labor que hacen las compañeras ciberfeministas en esta importantísima labor de llevar todos estos temas anticapitalistas. A través de estas herramientas pero me parece que también construir nuestro campo de flores y construir nuestras luchas por las que buscamos nuestra emancipación, pues más bien le estamos dando todas las herramientas otra vez a este tecno patriarcado que está encantado de que hagamos todas nuestras luchas sociales ahí. Entonces, pues solamente eso, pensar, imaginar que podemos ir a tocarnos la puerta, que podemos vernos, que podemos generar conexiones desde otro lugar y no solamente con internet o con las redes sociales, que podemos conectarnos con nuestras manos también y con nuestros cuerpos, y no olvidar esa otra conección que sucede en esta otra vida. Porque esta ya es la otra vida, como que la físico ya resultó ser lo otro. 

[Tania Aedo]: Pues me encanta, que bonito cerrar con esto. Muchísimas gracias.

[Irene Soria]: Muchas gracias a ti, Tania. Y muchas gracias por la invitación y además también para mí es muy significativo que después de tantos años nos encontremos ahora aquí. Yo ahí la pequeña Irene de servicio social, ahora, pues, es muy bonito vincularnos ahora de esta manera y estoy muy muy agradecida con eso. Y muy agradecida porque me hayas invitado.

[Tania Aedo]: Yo también muy contenta de escucharte, y de escuchar todo lo que ha pasado contigo. Me da muchisimo gusto y espero que muchas niñas y muchas mujeres nos escuchen y te sigan porque ahí en tus publicaciones, en tus redes sociales, en tus ensayos que has escrito, que además están todos en tu página hay muchos saberes que pueden ser muy útiles, muy importantes para seguir navegando en este mundo híbrido que nos toca sí o sí. Muchísimas gracias y hasta pronto.

[Irene Soria]: Muchas gracias, Tania, hasta pronto y muchas gracias a todas las personas que nos escuchan. Hasta luego. 

Semblanzas

Irene Soria Guzmán (CDMX, 1983) 

Académica, hackfeminista, activista del movimiento de cultura libre y software libre. Consejera del IFT, integrante del ExCom de Creative Commons y representante de Creative Commons México. Autora y compiladora del libro: Ética hacker, seguridad y vigilancia, y de diversos artículos académicos y de divulgación sobre cultura digital. Su obra se ha presentado en medios nacionales e internacionales como la Red Edusat y la cadena de TV alemana Deutsche Welle. Cuenta con más de 200 participaciones como conferencista, panelista, ponente y tallerista en México y diversos países de América y Europa. Sus temas de investigación abordan: tecnología crítica, tecnología y mujeres, cultura hacker, cultura y medios digitales de comunicación, software libre, hackfeminismo y el uso de licenciamientos permisivos para la creación y divulgación del conocimiento en Internet.

Prototipos para navegar

Esta serie de pódcasts acompaña al programa de formación “Prototipos para navegar un futuro contingente” que reúne a artistas, curadores, científicos y sabedores de distintas prácticas, frente a la pregunta ¿cuáles son las próximas contingencias que se vislumbran desde tu campo de conocimiento y qué crees que podemos hacer para mitigarlas/enfrentarlas?.

Tania Aedo

Tania Aedo

Anfitriona

Coordinadora de la
Cátedra Extraordinaria Max Aub

Especialista en Arte, Ciencia y Tecnología. Realizó la licenciatura en Educación Artística en la Escuela Superior de Arte de Yucatán y cursó estudios de Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Fue directora del Laboratorio Arte Alameda y del Centro Multimedia del Cenart. Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y de la Fundación Rockefeller-Ford-Mc Arthur. Ha participado como ponente en foros internacionales: International Symposium on Electronic Arts (ISEA), RePerCuTe en la Universidad de California, Los Ángeles; y Artechmedia en Madrid, España. Ha colaborado en distintas publicaciones como Tekhné: Arte, pensamiento y tecnología (Conaculta, 2003). En 2010 formó parte del Programa de Alta Dirección en Museos. En la actualidad es la coordinadora de la Cátedra Max Aub. Transdisciplina en arte y tecnología de CulturaUNAM.

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