Prototipos para navegar T2-5: Ir o no ir al espacio: es pregunta seria
Tania Aedo conversa con el artista espacial, compositor y multi instrumentista Nahum, donde abordan las preguntas: ¿cuáles son precisamente esas preguntas que se hacen la investigación científica respecto al espacio, a las tecnologías espaciales?, ¿cuáles serían las más importantes? y ¿por qué es importante que las conozcamos un poco más?, ¿quiénes deberían informarnos de esto? y qué es lo que está pasando en los terrenos del espacio, de la exploración del espacio y de su conocimiento.
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Transcripción del podcast de la Cátedra Max Aub
Prototipos para navegar
Segunda Temporada #PodcastCulturaUNAM
Capítulo 5: Ir o no ir al espacio: es pregunta seria
Anfitriona: Tania Aedo
Invitada: Nahum
Rúbrica:
Cultura UNAM, presenta:
No se trata de cuánto cambió nuestra vida por la pandemia. Se trata de cuánto podemos cambiarla a pesar de ella.
Cubrebocas hechos en casa. Teatro a la distancia. Talleres online. Prevención de enfermedades. ¿Qué nos espera en el futuro? ¿Qué puede esperar de nosotros el futuro contingente?
Prototipos para navegar. Un podcast de la Cátedra Extraordinaria Max Aub, Transdisciplina en arte y tecnología. Con Tania Aedo.
[Habla Tania Aedo]: Frente a la pregunta sobre si ir o no ir al espacio parece que no hay escapatoria, la Tierra viaja a través del espacio, vivimos ya en el espacio. Además, como dijo JL Borges, todo viaje es espacial. Cuando entramos en el cuarto donde nos encontramos ahora mismo estábamos ya ejecutando un viaje espacial.
Antes que las iniciativas científicas de exploración del espacio exterior, el arte y la literatura en diversas culturas ya habían urdido ficciones en donde visitamos otros mundos. Cerca de 1600 Mientras descubría las leyes del movimiento de los planetas, Johannes Kepler escribió Somnium un viaje a la Luna conocido como uno de los primeros relatos de ciencia ficción.
En 2015 el artista Tomás Saraceno funda Aerocene, una iniciativa para circunnavegar la Tierra sin cohetes ni combustibles fósiles, sólo con la ayuda del sol.
¿Qué preguntas deberíamos hacernos como habitantes de la Tierra sobre ésta, una investigación que como algunas otras, el cómputo cuántico o la nanotecnología, comienzan a estar financiadas en mayor medida por capitales e intereses privados? ¿Hoy, qué sabemos de las delicadas condiciones de la atmósfera terrestre y de la gran cantidad de basura espacial que ya hemos generado en la órbita del planeta? ¿Necesitamos más investigaciones orientadas por los intereses extractivistas que nos trajeron hasta acá? O quizá deberíamos desacelerar el paso también en esta carrera.
Me da mucho gusto presentarles a Nahum, quien es artista espacial, compositor, multi instrumentista, ha formado parte del Comité Internacional para la Utilización Cultural del Espacio ITACCUS que está dedicado a facilitar la utilización de datos, sistemas y aplicaciones espaciales por parte de las organizaciones del sector cultural. Fue también un galardonado con el John Space Lider Award, que es un premio que otorga la federación astronáutica internacional por sus contribuciones artísticas y culturales a la exploración espacial. Actualmente forma parte del Sistema Nacional de Creadores y estudió Ciencias Computacionales en el TEC de Monterrey y una maestría en el King's College en el Reino Unido, donde cursó el programa Music Pathway y formó parte de la orquesta electrónica de esta institución. Actualmente es el director de KOSMICA Institute, una plataforma dedicada a tender puentes entre las organizaciones e instituciones científicas y las humanidades. Y bueno, Nahum, me encantaría empezar por preguntarte: ¿Cuáles son precisamente esas preguntas que se hacen la investigación científica respecto al espacio, a las tecnologías espaciales?, ¿cuáles serían las más importantes? y ¿por qué es importante que las conozcamos un poco más?, ¿quiénes deberían informarnos de esto? y contarnos qué es lo que está pasando en los terrenos del espacio, de la exploración del espacio y de su conocimiento.
[Habla Nahum]: Bueno, antes que nada es un placer estar contigo Tania, discutiendo estos temas. Yo muy feliz de compartir un poquito de lo que sé, de lo que he aprendido a lo largo de estos 13 años que he estado involucrado en actividades espaciales. Y bueno, digamos que a lo largo de esta década pues me he especializado, justamente en ese punto donde las actividades espaciales encuentran a las humanidades y al arte. Que no es algo nuevo, en realidad, pero sí es algo muy de nicho y pues; contestando a tu primer pregunta, sobre qué preguntas se están haciendo en la comunidad espacial. Pues, primero habría que hacer esta diferenciación, qué es el mundo espacial y de forma muy simplista podemos decir que hay dos grupos: los astrofísicos, que se dedican a la observación y al entendimiento del universo y por otro lado está la comunidad, le llaman de exploración espacial. No me gusta usar la palabra exploración porque tiene un bagaje colonial que hay que también problematizar, pero bueno. Tenemos estos dos grupos, los que observan y los que desarrollan tecnología y también por supuesto ciencia para poder salir de la atmósfera terrestre y entrar en órbita, y poner satélites o laboratorios con humanos, subestación espacial o enviar robots a Marte, etcétera. Entonces, tenemos estos dos grupos y hoy en día en el mundo de la exploración espacial pues estamos viendo que hay un cambio muy muy notorio, que es la comercialización y la privatización de las actividades espaciales. Lo que antes era algo de los países o de los gobiernos, ahora son empresas privadas las que comienzan a tener presencia y las que seguramente van empezar a tener una mayor injerencia. Entonces, pues las preguntas que se hacen tristemente son cómo tener utilidades de enviar satélites, de dónde vendrían las utilidades, de tener presencia humana en la Luna o en Marte y eso tiene que ver con la utilización de recursos celestes. Que en principio la utilización de recursos celestes no significa necesariamente una explotación de recursos como la hemos tenido aquí en la Tierra, pero podría ser eso también. Y es lo que hay que tener muchísimo cuidado. Y en el mundo de la exploración espacial, pues bueno eso es fascinante, que es una ciencia un poco más pura sin que tenga una presión tan clara de tener utilidades económicas y, bueno, pues seguimos descubriendo que sabemos mucho pero que tampoco sabemos tanto. El universo sigue siendo un misterio y pues sí, o sea ¿cuál es el sentido de que exista un universo como en el que estamos?, ¿hay algún sentido o no lo tiene?; es algo que, bueno, la ciencia al tratar de entender el funcionamiento del universo, pues, pretende contestar estas grandes preguntas que siempre hemos tenido como humanidad, ¿de dónde viene todo esto?, ¿qué somos?, ¿hacia dónde va la humanidad y toda la historia cósmica? Entonces digamos así en algunas, en pocas palabras, esto es lo que está sucediendo.
[Tania Aedo:] Y esa necesidad y esa curiosidad por observar pues ha vinculado a la investigación, pues digamos del espacio, de la exploración, de la investigación del espacio exterior al arte, que históricamente ha hecho preguntas muy interesantes frente, justamente entre otros cuestionamientos, a esta orientación del espacio, no solo de esta investigación espacial, sino de muchas otras orientadas solamente por, o primordialmente, por intereses extractivistas o por la carrera armamentista en el planeta; pero bueno, de esta lado, del lado del arte, ¿qué preguntas consideras que son, pues, de las más interesantes y de las más importantes que le ha hecho el arte a esta investigación?
[Nahum]: Bueno, históricamente digamos que el arte siempre tuvo esta intuición muy poética de lo que estaríamos haciendo como humanidad en el espacio. O sea, si vemos las ilustraciones o los dibujos de Malevich, vamos a ver que esa intuición artística que él tuvo de plasmar estas esferas o de estas figuras geométricas que son idénticas a la Estación Internacional Espacial y Malevich no sabía de paneles solares, no sabía de lo que algún día se iba a inventar. Pero existía esta intuición, y también intuición para lo bello, para lo increíble que son estas hazañas pero también para cosas más oscuras por ejemplo Georges Méliès en el Viaje a la Luna, que es lo que sucede. Van a la Luna y se encuentran a los selenitas y se los traen a la Tierra y en las últimas escenas de la película, vemos a los selenitas en jaulas. Que era algo que hacían los europeos cuando iban a esas expediciones a África para traer animales y también humanos negros, los metían en jaulas. Entonces, sí era, pues él ya veía pues este problema de la colonización que iba a suceder en el espacio. Y no sabemos si él lo vio como un problema, pero al menos vio que eso iba a suceder, porque así era el comportamiento de esta parte de la humanidad dominante, que es precisamente eso, dominar, colonizar. Entonces, bueno, siempre el arte ha tenido esta parte poética pero también la parte crítica y hoy en día no es la excepción, podemos ver trabajos que están problematizando la exploración espacial. Hoy cuando existe un auge de esta idea del turismo espacial, pues también hay voces del mundo del arte que están diciendo: si empezamos a tener lanzamientos de cohetes todos los días ¿qué le va pasar a la atmósfera? Como Tomás Saraceno, el buen Tomás que está trabajando con temas solares y junto con Rob Lafaney tienen este proyecto de Espacios sin cohetes. Y bueno, también se están problematizando muchas cosas porque, de alguna manera, si las actividades humanas en la Tierra son un referente de cómo tratamos a un cuerpo celeste, pues, definitivamente vemos que no estamos en la mejor posición para ir a la Luna o a Marte o a un asteroide. Entonces es aquí donde justamente en KOSMICA, el año pasado en una de nuestras conferencias empezamos a elaborar una idea, que es una idea provocadora, pero es quizás lo mejor que nos pueda pasar en la exploración espacial hoy en día, es tener un campo espacial que se mueva muchísimo más lento. Es momento de, en vez de apresurarnos, hacer lo contrario. A movernos mucho más lento porque quizás vamos a estar trabajando con poderes que no vamos a saber utilizar como sucedió con el superpoder de la combustión y el fuego, como en la mitología griega, no la supimos utilizar, la ocultamos pero sigue quemando. Realmente si tuviéramos como rayos x veríamos que hay fuego alrededor de nosotros en las redes eléctricas, en los aviones, en los automóviles, pero, como Prometeo, bueno, lo ocultamos. Y ciertamente eso hacemos como humanos, tenemos superpoderes y luego no los sabemos usar para, digamos, con respeto y benevolencia. Entonces bueno, hay varios artistas que hoy en día se están preguntando esas cosas. Si realmente merecemos tener estas capacidades de ir a otros planetas y hacer lo que le hemos hecho a la Tierra.
[Tania Aedo]: Y esta esta pregunta que cada vez se va volver más importante, no sabemos qué tanto de manera práctica pero sí que de manera simbólica que es quedarnos o como diría Donna Harawar, quedarnos o permanecer en el problema, o sea en el planeta, o irnos. ¿Cómo ves tú y qué respuestas y qué ideas hay respecto a estas posibilidades? Digamos de tecnológicamente salvar a la especie huyendo y terraformando Marte, por ejemplo.
[Nahum]: Sí, muy buena pregunta, Tania, el tema de escaparnos de la Tierra y terraformar Marte. Yo creo que son ideas que desde un nivel técnico científico, en términos del reto, son fascinantes, pero siendo honestos yo creo que habría que ver un poco lo que hemos hecho. Otra vez, aquí en la Tierra hemos… constantemente saltamos de excitement, de fascinación por las nuevas tecnologías que tenemos. Y poco pensamos en las consecuencias que puedan tener estas tecnologías. Casi casi hasta el día de ayer pensábamos que los humanos éramos distintos a la naturaleza y hoy en día hemos visto que todo lo que hemos tirado al mundo más de lo humano nos regresa. Y encontramos plásticos en la leche para amamantar bebés, encontramos microplásticos en nuestros cuerpos, vemos que se nos está calentando el planeta; y digo esto porque, imaginemos un momento en la época, en la historia de la humanidad donde tenemos a Marte, lo terraformamos, llevando recursos de la Luna a otro cuerpo celeste de donde estamos utilizando los cristales de los anillos de Saturno y de pronto ves a la Luna y es como una manzana con una mordida, así con un hoyo y los aros de Saturno tienen gaps, tienen así como hoyos. Y yo creo que en algún momento quizás podamos estar hablando de una antropocosmos, de una época de interferencia humana en, al menos en el Sistema Solar, porque somos muy buenos para ignorar el balance, el equilibrio tan delicado en el que hemos vivido como especie y somos muy buenos para destruir ese equilibrio, que quizás para el mundo natural no sea mucho pero para nosotros es devastador lo que le estamos haciendo al planeta, pues, es devastador para la vida que conocemos; pero bueno el planeta es mucho más robusto, pero nosotros no. Entonces, creo que son ideas demasiado peligrosas. Otro tema que intentamos discutir mucho en el mundo espacial es explorar el Universo versus expandirnos en el universo, son cosas muy distintas. Una es salir y conocer y si estamos explorando pondremos nuestras banderas nacionalistas por ahí por allá, pero otra cosa es esta expansión que creo que responde a este ímpetu humano de crecimiento perpetuo que lo vemos en el capitalismo, que lo vemos en el expansionismo imperialista de muchas naciones y que creo que sería bueno cuestionarlo. Y ese tipo de preguntas son las que los artistas se están haciendo y también los expertos en humanidades que se acercan al mundo de la exploración espacial porque cuando tú vas a los congresos espaciales, ves que esas preguntas no existen sobre la mesa y, sin embargo, son preguntas de fondo y, si las actividades espaciales realmente son actividades de futuro, entonces ¿por qué las estamos imaginando con modelos que son, que tienen 500 años de viejos? Como, otra vez, la colonización. En el mundo espacial se ha normalizado hablar de colonias, vamos a colonizar Marte, y la colonización no es un conjunto que esté abierto a ver qué significa, es algo muy específico, algo que ha sucedido en la historia humana, que ha sucedido en la tierra donde vivimos, que llamamos México y seguimos yendo a terapia después de este suceso que pasó hace 500 años. Entonces, ¿por qué imaginamos el futuro con las ideas que han traído tanto sufrimiento a este planeta y a nuestra especie?
[Tania Aedo]: Y me pregunto justamente hasta dónde este tipo de organizaciones de las que has participado como ITACUS y la Federación Astronáutica Internacional, como el involucramiento de agenciamientos y organizaciones más culturales y artísticas pueden contribuir a cambiar de alguna forma este enfoque porque sí, como bien dices parece que solamente se tradujo en interés extractivista enfocado a la tierra. Y bueno ahora está enfocado en el espacio, pero son las mismas intenciones, los mismos términos, las mismas digamos viejas lógicas. Y existen mecanismos como internacionales que regulan aparentemente estos, estas, pues sí la investigación espacial, existe este, un comité muy antiguo como de los sesenta dedicado, digamos, a regular esto, que la exploración y la utilización del espacio exterior fuera utilizado en beneficio e interés de todos los países. Como este tipo de afirmaciones que después no se siguen y que después vemos así, como en las investigaciones por ejemplo de inteligencia artificial que se fondean a partir de unos supuestos, pero que los resultados y los intereses del final van como orientados por otras, como por otros extractores, y por ejemplo otros como los de la seguridad, de la milicia pero sobre todo de una lógica extractivista. ¿Tú crees que este tipo de organizaciones y la participación artística logré por lo menos generar esta conversación global, que es tan importante en la toma de decisiones, por ejemplo? Y luego esta parte tan importante de la privatización del conocimiento, de que todo lo que se aprenda y se investigue acerca del espacio exterior, si está conducido por investigaciones privadas quedará como parte del capital de estos intereses y no de las personas, en beneficio de la humanidad como se asienta en estos tratados.
[Nahum]: Sí correcto, están esos tratados, los International Space que se hicieron a finales de los sesentas y principios de los setenta, y que realmente no se ha hecho una examinación profunda el día de hoy, ¿no? para actualizarlos; porque se ven como una suerte de caja de pandora con muchos temas militares que realmente nadie quiere tocar. Se piensa que es mejor tener esas deficiencias en cuanto a la utilización o explotación de recursos celestes que abrir esa caja de pandora y meternos en líos militares. Entonces, pues aquí vemos otra vez, cómo este tipo de tratados internacionales, que en este caso son supervisados por una sección de las naciones unidas que se llama COPUOS, que es el Comité para los usos pacíficos del espacio, pues otra vez, son organismos burocráticos que son buenos organizando congresos pero que realmente difícilmente responden a las necesidades y a las urgencias hoy en día. Por otro lado, estamos viendo que estas situaciones de injusticias ecológicas, injusticias sociales, pues, están abriendo muchas discusiones, ¿no? Una discusión que me interesa mucho es cómo podemos utilizar o cómo podemos, sí, digamos, utilizar algunas de las teorías queer para entender el universo de otra manera y, por ejemplo, algo que también estamos discutiendo mucho con KOSMICA es cómo hemos creado binarios en nuestro entendimiento del universo, el simple hecho de decir “espacio exterior” pues ya estamos ahí creando un binario entre el exterior y lo interior, como si habláramos de nosotros, la Tierra y todo lo que hay afuera: el Espacio exterior, como si realmente pudieras poner en una sola bolsa todo el Universo. Es como cuando los británicos decían: “nosotros y el continente”, o sea, en el continente tienen su filosofía continental, su desayuno continental, como si pudieras poner en una sola bolsa la filosofía española, alemana, francesa, que eran completamente distintas. Pero, bueno, creo esos binarios de nosotros y el resto. También nuestro acercamiento al Universo es completamente antropocéntrico y en el mejor de los casos es biocéntrico, que significa: nosotros podemos ir, nos autorizamos ir a un cuerpo celeste y hacer lo que queramos siempre y cuando no exista vida, al menos una vida compleja, si encontramos bacterias, pues habrá discusiones sobre qué hacer. Pero bueno, vemos que no existe una visión más ecocéntrica; los problemas que tenemos en la Tierra es porque hemos usado y abusado de minerales, del aire, de la atmósfera y, sin embargo, emergemos nosotros del agua, de rocas y ¿por qué Marte es importante como es? pues porque es una súper piedra, porque es una roca y por eso es importante, no porque no tenga una vida como la que entendemos, no es importante. Entonces bueno, hay muchas discusiones, muchos cambios de paradigma en nuestra forma de entender el Universo y espero que las actividades espaciales pues se puedan actualizar a esa nueva forma de entender, que, otra vez, tienen más compasión y benevolencia para el lugar en el que vivimos, que es este Universo.
[Tania Aedo]: Sí, pues que interesante todo lo que nos estas contando y sobre todo esta sensación de “la Tierra está en el Espacio, no tenemos que ir al Espacio, vivimos en el Espacio”. Pero claro que implica todo un reto salir de esta atmósfera y, justamente, como bien dices es una atmósfera muy muy delicada, a tal grado que además la hemos alterado y que nos estamos empezando a dar cuenta cuan delicada era y cuánto tendríamos que haberla cuidado y las posibilidades que tenemos ahora que estamos intentando por lo menos desembarazarnos un poco de nuestro excepcionalismo como humanos, como la cúspide de la inteligencia y de la evolución y darnos cuenta de muchas cosas. Y, pues, el arte nos acompaña a hacer estas preguntas. Vamos a seguir las redes sociales de KOSMICA Institute y las de Nahum para continuar enterándonos de estos cuestionamientos y de los acertijos que plantea el arte a la investigación, a esta investigación tan importante que es nuestra relación con eso que llamamos espacio exterior. Muchas Gracias Nahum. (27:50)
[Nahum]: Muchas gracias, Tania, gracias a todos por escuchar.
Semblanzas
Nahum
1979, ombligo de la Luna (Ciudad de México)
La obra de Nahum se adentra en la experiencia humana, cuestionando nuestras percepciones a través de perspectivas inusuales. Navegando entre lo real y lo imaginario, su trabajo produce situaciones y eventos que nos invitan a replantear la manera en la que entendemos el mundo. Nahum frecuentemente emplea tecnologías espaciales, ilusionismo, hipnosis y música para guiar a las audiencias dentro de viajes para generar diálogos críticos sobre las políticas de la existencia. Su trabajo multidisciplinario orquesta medios como performance, instalación, video, música, dibujo y narrativas.
En 2011, Nahum fundó el KOSMICA Institute, una organización espacial con la misión de crear una plataforma para el discurso crítico, cultural y poético sobre nuestra relación con el Universo, las actividades espaciales y su impacto en la Tierra. KOSMICA desarrolla iniciativas que tienden un puente entre las artes y las humanidades, el sector espacial y la sociedad en general.
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Prototipos para navegar
Qué sucede en los márgenes de las textualidades literarias, donde se renuncia a ellas y a través del experimento, la escritura deviene intermedial. O en sentido inverso, cuando la experimentación en otras disciplinas conlleva a la emergencia de textualidades aledañas a lo literario. Escrituras en código, juegos textuales, escrituras potenciales, especulativas, textos encriptados, variaciones, el juego como recurso en la creación, vínculos entre la ciencia, la escritura y la ficción, entre las diversas textualidades y la danza, la música.
En esta nueva etapa tomamos inspiración de las obras experimentales de Max Aub que emergieron a partir de procesos de escritura intermédiales y materialidades lúdicas, así como en la interdisciplinariedad de la práctica de este agente cultural clave en la cultura del siglo XX, cuya práctica atravesó medios, saberes y diversos ámbitos del conocimiento.
Tania Aedo
Anfitriona
Cátedra Extraordinaria Max Aub
Especialista en Arte, Ciencia y Tecnología. Realizó la licenciatura en Educación Artística en la Escuela Superior de Arte de Yucatán y cursó estudios de Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Fue directora del Laboratorio Arte Alameda y del Centro Multimedia del Cenart. Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y de la Fundación Rockefeller-Ford-Mc Arthur. Ha participado como ponente en foros internacionales: International Symposium on Electronic Arts (ISEA), RePerCuTe en la Universidad de California, Los Ángeles; y Artechmedia en Madrid, España. Ha colaborado en distintas publicaciones como Tekhné: Arte, pensamiento y tecnología (Conaculta, 2003). En 2010 formó parte del Programa de Alta Dirección en Museos. En la actualidad es la coordinadora de la Cátedra Max Aub. Transdisciplina en arte y tecnología de CulturaUNAM.