Prototipos para navegar T3-1: Escucha propioceptiva y artes del movimiento: conversación con Raissa Pomposo y Javier Martín
Para arrancar la tercera temporada de Prototipos para navegar el coreógrafo Javier Martín conversa con Raissa Pomposo, coordinadora de la Cátedra Extraordinaria Gloria Contreras en Danza y sus vínculos interdisciplinarios de la UNAM. Abordan sus experiencias de las prácticas coreográficas y corporales, y la importancia de los estudios de la complejidad, en la hibridación entre las disciplinas. Nos platican de una visión del arte que nos está ayudando a devolver el misterio a la vida, en el sentido de desubicar determinadas verdades absolutas, modos de sentir y pensar lo real. Este es un podcast especial realizado desde el Espacio de Experimentación Sonoro del MUAC, un espacio ‘anecoizado’ que ayuda a construir un silencio de casi cien por ciento. Al entrar uno se da cuenta de su respiración, su pulso, las fricciones de la piel, el cambio de la dirección de la voz, y la experiencia de escuchar al otro cambia de manera radical.
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Transcripción del podcast de la Cátedra Max Aub
#PodcastCulturaUNAM
Prototipos para navegar
Tercera Temporada
Capítulo 1. Escucha propioceptiva y artes del movimiento: conversación con Raissa Pomposo y Javier Martín
Anfitriona: Tania Aedo
Participantes: Javier Martín y Raissa Pomposo
Rúbrica:
Cultura UNAM, presenta:
No se trata de cuánto cambió nuestra vida por la pandemia.
Se trata de cuánto podemos cambiarla a pesar de ella.
El regreso a la presencialidad, las actividades híbridas, lo que hemos aprendido. ¿Qué nos espera en el futuro? ¿Qué nuevas contingencias nos acechan?
¿Vamos a hacer lo mismo, de la misma manera?
¿Qué puede esperar de nosotros el futuro contingente?
Prototipos para navegar. Un podcast de la Cátedra Extraordinaria Max Aub, Transdisciplina en arte y tecnología. Con Tania Aedo.
[Habla Tania Aedo]: Hola, pues estamos aquí, en el espacio de experimentación sonora en el MUAC un espacio sonoramente muy, muy interesante y acabamos de terminar una sesión, una práctica de escucha y movimiento con el coreógrafo Javier Martín.
Está también Raissa Pomposo coordinadora de la Cátedra Gloria Contreras de danza y sus vínculos transdisciplinarios, y me gustaría hacerles una pregunta que tiene que ver con lo que acaba de suceder en esta sala. Hablaste Javier sobre la responsabilidad del arte. Eso me gustó muchísimo una responsabilidad como de producir singularidad a partir de extrañamientos, a partir de cómo conducir o llevar a los cuerpos a navegar más hacia la composición que hacía la inercia y también has hablado en otros espacios sobre esto que sucede en tus propuestas coreográficas y en los ejercicios que haces, como este poder de mediar y organizar estrategias para compartirlos cómos. Esto me interesa mucho esos cómos que nos está, de los que nos está proveyendo las prácticas coreográficas, las prácticas corporales, esos cómos que nos ayudan a desarticular las hegemonías, ¿cuáles hegemonías?, estas que venimos hablando ya desde hace mucho tiempo, la dualidad mente cuerpo, la separación sujeto/objeto. Seguimos siendo como decías hace un momento muy cartesianos, y la filosofía no puede hacer esto sola, lo ha intentado hacer, todo el siglo pasado quizá ha sido la filosofía desde esto que llamamos la cabeza, intentando a partir del discurso y del pensamiento escrito llevarnos hacia allá, pero no se puede, no se puede hacer solo leyendo, solo pensando. Creo que las prácticas corporales, la coreografía nos está acompañando en eso y veo tus objetivos también muy así, amplios no son unos objetivos que responden a una pieza que tú quieres expresar, a una investigación a una experimentación que tú llevas a cabo, sino cómo hay una intención de eso, de llevarnos hacia otro lugar y eso me gustaría muchísimo que ahondaras en esa parte, en esa responsabilidad y me encantaría hacerle la pregunta también a Raissa porque es la Cátedra Gloria Contreras nos ha llevado justo, nos está llevando todo el tiempo a ese tipo de espacios y también pensando en el público que estuvo aquí. Hubo personas coreógrafas, bailarinas, pero también había una maestra jubilada, también había gente de muchos lugares y eso pasa, pasa aquí. Me gustaría que habláramos acerca de eso.
[Habla Javier Martín]: Muchas gracias, Tania. Qué gusto, gracias por tus palabras. Has abierto varios temas y nos iremos acompañando para no dejar ninguno en el tintero. Es un honor poder estar charlando este rato con vosotras, gracias Raissa. Estoy super interesado en este paradigma que llamamos de los estudios de la complejidad, en la hibridación entre las disciplinas está siendo cada vez más elocuente y transformadora en el que ya desde hace mucho tiempo se va a irrigando a otros ámbitos fuera de lo académico de las investigaciones más sofisticadas o de las que tienen más medios económicos digamos y se van naturalizando en otros estadios de la vida. Me resulta del todo imposible tener una imagen del mundo que atienda a la contemporaneidad que no contemple las tesis de cómo se organiza la complejidad, hablando de filosofía sigo con sumo interés como se van desplegando algunos planteamientos que atienden a lo organológico que Stigler puso en nuestro Horizonte y desde luego la danza de mano de pensamientos como el fenomenológico, pero también de trabajos que vienen del ámbito pues de la biología, de la física, nos está ayudando a reconciliar la inteligencia que es inherente a la sensibilidad del movimiento, con muchas las problemáticas que en nuestros días nos constituyen y encontrar a tal efecto otras soluciones. Modos de abordar lo que sean diferentes, que complementen y que de algún modo siempre, considerando que otras hegemonías van a ir sustituyéndose en la institución del saber, del conocimiento, en nuestras relaciones, en el paradigma de lo tecnológico.
Me gusta mucho entender el arte como a día de hoy, como aquello que nos está ayudando o acompañando a devolver el misterio a la vida y digo lo del misterio en el sentido de desubicar determinadas verdades absolutas, modos de sentir y pensar lo real, que entendemos como neutros y que en realidad están atravesados de un montón de decisiones socio históricas, políticas y que interesan a una serie de afectos situados en el poder para extraer mucha de nuestra potencia, recursos, fuerza, atención, afecto. En aras bueno de una realidad enajenante en el sentido de que no participamos de la misma, hay muchas prácticas desde el ámbito de lo estético que se están sintonizando y buscando investigadores del ámbito de la filosofía, del ámbito de la ciencia, del ámbito de lo social, para juntas poder elaborar una imagen del mundo que atienda al plural que somos y por tanto respete la diversidad que inherentemente nos constituye y que a tal efecto de resistir se dice mucho, que la danza es un ejercicio de resistencia político en sí misma y tiene que ver, porque pienso yo en parte con que es materia viva, la materia con la que trabajamos son los cuerpos y entonces enseguida laten estos asuntos desde el momento en que, desde un punto de vista artístico o desde un punto de vista personal se empieza a bailar.
[Habla Raissa Pomposo]: A mí me conmueve mucho, regresar al misterio cuando Javier justo nos invita constantemente al misterio, lo relaciono también con la aparición de la sombra en tu trabajo, como aquello que de alguna manera un sistema, varios sistemas políticos, económicos nos han llevado a poner al centro del saber y de producción de conocimiento únicamente aquello que se puede asir, que se puede palpar, que se puede moldear, que se puede comprobar y dejando fuera la metáfora, dejando fuera a aquello que puede resultar incluso ambiguo, pero que de alguna manera también nos invita a lo que la experiencia del cuerpo está manifestando en su interior dentro de esa complejidad, porque no todo nos es evidente pues, o sea, aunque sabemos que las vibraciones siempre están ahí, aunque sabemos que el movimiento siempre está ahí en potencia o en inercia o no, no siempre nos es evidente ni asible y en ese aspecto poder dar cuenta de lo que todavía no, no, como decir, lo que todavía no es, nos permite también escuchar al otro, escucharlo como parte de esa, pues manifestación de vida, que no depende únicamente de lo que llamamos sujeto, que es también una tradición filosófica que hemos estado explorando mucho en la Cátedra y en la experiencia del cuerpo, como empezar a deconstruir la idea de que hay un sujeto y un objeto que se relaciona en todo el tiempo, si no justamente qué pasa si nos aventamos a las redes de lo desconocido o a las redes de lo que está ahí, como en el intersticio del cuerpo o de nuestros cuerpos y en ese sentido también ahora que hablabas Tania sobre aquello que la coreografía o las coreografías mismas también enseñan más allá de una lectura constante de teorías y demás. Yo creo que también ahí se puede deconstruir el lo que podríamos considerar como coreográfico, como en la escritura, en el estudio celular, en el estudio anatómico, se pueden ver como esos intentos de descubrir al mundo y de organizarlo y organizarlo o jugar con él y creo que por ahí también pasa la coreografía, o sea, en un libro de anatomía podemos ver como esos juegos coreográficos de quién puso, se puso ahí, no sé, quién jugó de alguna manera con la aventura de conocer algo de la vida, de lo vivo y creo que el trabajo de Javier justo me conmueve mucho por eso porque invita a no separar, a no nombrar como coreográfico únicamente lo que vemos en el escenario sino todo lo que está también ahí en capa, tras capa, tras capa a nivel celular y eso el punto del misterio, el punto del silencio también la pausa que son esos fenómenos que justo sistemas de producción como los que llegamos a hablar pues no quieren que aparezcan.
[Tania Aedo]: Me gustaría hacerles una segunda y última pregunta que tiene que ver con las tecnologías. Estamos dentro de un espacio anecoizado no es propiamente una cámara anecoica, pero un espacio para la escucha y acabamos de tener una práctica y además está también en tu espectáculo, en el punto impropio, la escucha del interior del cuerpo y también está como que en el aire estas nociones que ahora tenemos de propiocepción, interocepción, más todo el conocimiento de la neurociencia, como un poco a la mano de alguna forma de la creadora, la persona creadora, coreógrafa en fin cualquiera de estas artes, pero en el caso de la danza da como una sensación de estar conociéndose de una forma inmanente. Hablábamos hace un momento o hace minutos en la práctica que acaba de pasar como tenemos imágenes del cuerpo, pero la escucha nos lleva adentro y como que nos conduce a percibirnos de una forma así inmanente y bueno la pregunta iba más en el sentido de las tecnologías. Por un lado está y hay referencia constante en tu trabajo podemos llamar las tecnologías por ejemplo la danza de los derviches, este giro que produce un estado mental, un estado de conciencia, un estado alterado y eso, hay ahí una dimensión técnica de eso que está sucediendo y por otro lado tenemos ahora pues estos instrumentos con los que nos podemos escuchar y podemos sí transitar hacia transformaciones, se me ocurren muchas cosas también que queremos deconstruir. Me gustaría dejarlo ahí, en la pregunta por la tecnología como por esas tecnologías ancestrales o arcaicas y estas tecnologías nuevas porque si no quizá sería más fácil a lo mejor o más directo decir pongámonos a ser taichí, pongámonos a estudiar los Vedas y hacer ciertas meditaciones o budismo en fin, ahí está todo ese conocimiento y podríamos llegar a lo mejor a lugares muy similares, pero no estamos en el siglo XXI y tenemos toda esta carga histórica, esto que llamamos cuerpo, aquí laten células antiquísimas, pero también está expuesto y está todo el tiempo en interacción con esas tecnologías que normalmente no se llenan más que integrarnos, pero en este caso sirviendo como para lo contrario, me gustaría un poquito hablar acerca de eso.
[Javier Martín]: Temazo, sí la tecnología quizá como un modo elaborar el animal que somos y reconciliarnos con la escala del humano, me interesa en el sentido de hacernos cargo de ella, de tomar las riendas, entender que todo artefacto tecnológico sea lenguaje, sea un teléfono, sea un procedimiento estético o una coreografía son exteriorizaciones de comportamientos que son inherentes al ser y que al llevarlos fuera nos devuelven una imagen de nosotros mismos, una elaboración, si quizá a día de hoy un modo de comportamiento o de manifestación tecnológica está disfórica en el sentido de que se ha acelerado y pareciera protagónica en el modo en el que es la imagen del mundo hoy se construye, tiene que ver en parte con la fascinación que sentimos por su potencia. Es interesante negociar lo que podemos hacer con ella, lo que queremos hacer con ella, qué paradigma queremos conformar o componer. Un cuchillo como sabemos mata o ayuda a limpiar un campo en el que cultivar, no lo sé. Decía Abraham Maslow por aquello de que cuando la única herramienta que uno tiene es un martillo tiene a pensar que todo es un clavo, pero me parece injusto para la realidad del martillo porque no solo se problematiza con un artefacto.
No sé si quieres que hablemos un poquito también de cómo producir el silencio a través de la anecoica o quizá después. El motivo en el que yo me metí una cámara anecoica para bailar tiene que ver con esto con el modo en que, en el modo en que poder elaborarme no a mí mismo, sino entrar en contacto con una realidad que trasciende la idea cotidiana del yo, con el que bueno acostumbro a vivir y conectarme con otro modo de elaborar la identidad que me reconcilia con muchas tesis que encuentro en tantos lados y que tiene que ver con esa idea de componer el plural, con un devenir multiplicidad que es inherente de nuevo al ser, porque la anecoica es como sabemos es un artefacto contemporáneo que ayuda a construir un silencio a un noventa y nueve y pico por ciento, donde nada más entrar uno se da cuenta de su efectividad, puesto que nuestra respiración se evidencia enseguida, en nuestros pulsos acontecen también de un modo muy plausible, las fricciones de la piel, el cono sonoro se hace, se manifiesta enseguida, si te hablo directamente o cambio la dirección de mi voz te das cuenta pues que al faltar el rebote anecoica sin eco la experiencia de escuchar al otro cambia de manera digamos radical y si te pones a bailar pues todo, escuchas un montón de chasquidos, de fluctuaciones en el sentido burbujeos, de cambios en las vísceras, de tensiones que movilizan la carne y que generan pues tensiones y rugosidades que se pueden escuchar y que es de algún modo yo ya percibía bailando, llevo muchos años bailando en estudio en soledad encima de un escenario, en colectivos, en laboratorios y una y otra vez pues uno va dándose cuenta de que hay realidades sonoras que son muy compatibles y que son compartidas y habituales y que hay otras con las que dudas, que no sabes hasta qué punto estás proyectando ahí pues tu fantasía o tus anhelos acerca de transitar un poquito más allá de tus límites perceptivos. En ese sentido buscando avanzar en esto, es porque me metí en la anecoica y bueno yo siempre cuento que salí muy reforzado, inesperadamente reforzado unas cosas que intuías, que bueno pudieran ser, pero me lleva a darme cuenta cómo a través del cuerpo danzante, del cuerpo que asume determinadas somatizaciones, prácticas y sobre todo modos en el estar, del pensar de los cuerpos que se elaboran a través del ejercicio dancístico, que el devenir abierto que plantea la danza, el central del cuerpo un código abierto pues que es muy humano y que en fin te hace darte cuenta de la realidad de esos asuntos y que en realidad y que bueno insisto siempre en que son asuntos que determinados momentos de nuestra vida nos acontecen, habitualmente en el accidente es decir en aquellas situaciones que nos resultan disonantes en el flujo de venir cotidiano, pero que no las incorporamos porque precisamente las tenemos asociadas a bueno esos lugares de extrañamiento y que por lo que fuera a veces incluso nos interesa no atender, puesto que problematiza el lugar habitual en el que nos sentimos a nosotros mismos y desde el cual nos comportamos.
Me gustaría retomar una cosa que dijiste antes que ahora he recordado en relación a lo arcaico, lo arcaico como origen, no como principio y entonces yo soy lector de filosofía y observo en distintos lugares a gente que piensa pues la de simbolización de la cultura contemporánea y que hablan a veces pues sobre cómo las formas han acelerado en lo económico, con la finalización de nuestras relaciones económicas perdiendo la escala de nuestros usos y costumbres, también en lo estético, que pareciera que muchos deben ir desde el comportamiento estético solo se contasen a sí mismos perdiendo la toma de tierra y hablando de lo que nos pasa y que insisto muchos de estas lecturas encuentro como existe esa tesis de que quizá debiéramos reconciliar nuestras prácticas con las formas de lo arcaico, bucear en las fuentes de lo arcaico para purgar en el aceleracionismo de estos flujos, de la forma que están cada cual en su itinerario están con las económicas, las artísticas y que eso devienen fantasmáticas en el sentido de que es un bucle que solo se cuenta a sí misma. Pareciera que pudiéramos interpretar esto y está sucediendo en muchos comportamientos estéticos que se está reelaborando el folklore o la tradición. Pero quizá no atendiendo lo que nos pasa hoy, sino como representando las imágenes que desde la actualidad tenemos de lo que fue aquello, cuando quizá el devenir arcaico sean pues esos motivos de que están fuera de una línea cronológica, lo arcaico no como el… Arkhé significa, si no me equivoco origen, verdad, y bueno pasa, hay un devenir tecnológico contemporáneo que quizá una manera de purgar su devenir protagónico sea darnos cuenta como hay distintas líneas de tiempo con distintos modos y orígenes hay muchos orígenes del arte que decía Bataille he recordado y que cada cultura tiene un devenir tecnológico que de nuevo compone el plural, nos vendría muy bien. Las tesis de Yuk Hui y uno de los alumnos de Stigler precisamente van en esa dirección intentando reconciliarnos con una idea de la tecnodiversidad en el que quizá inspirarnos en algo que estuvo en nuestro itinerario que era lo de la cosmovisión, pues hablar de cosmos diversidad tecnológica va por ahí, el lío o el laberinto y a mí eso me gusta darme cuenta de cómo precisamente también las formas de lo tecnológico en su potencia y que en cómo nos fascinan pueden entrar también en sus bucles de la forma que solo se cuentan a sí mismas y quizá devienen inútiles porque los usos que empleamos son muy banales o los empleamos de manera muy banal, nos fascina su potencia, pero en realidad no la estamos aprovechando y quizá no la estamos aprovechando precisamente porque no están interrelacionadas con tantas otras y con aquello que nos ayuda precisamente a lo que nos interesa, como, quizá como humanos, en fin, meditaciones que me acompañan.
[Raissa Pomposo]: Algo que ha ido surgiendo en estas dos clases de laboratorio con Javier también es que me parece muy hermoso, es que se van manifestando también las propias tecnologías y pedagogías corporales, como digamos con cada desarticulación de los fulcros y todo lo que Javier nos ha ido compartiendo. Preguntabas hace un momento sobre también quienes están conformando el laboratorio, no únicamente personas de danza, sino bien que provienen de otras prácticas, de diversas edades, diversas búsquedas, también intencionalidades distintas al estar en este espacio.
[Javier Martín]: Hay gente. Hay varios en el ámbito de la ciencia, de biología.
[Raissa Pomposo]: Sí, sí, sí, pero la experiencia del cuerpo está ahí, nos está de alguna manera conmoviendo o sea es decir extasiando, como sacarnos ir a sacarnos de, de lo que también ya hemos dado por hecho a nivel pues eso pedagógico y de cómo hemos resuelto la vida a nivel de movimiento e ir descubriendo esas capas, no sé si necesariamente para quitarlas o para negarlas o decir: ay claro está saliendo mi rotación que aprendí en la clase de ballet, o sea, ajá, está saliendo la reconozco y de qué manera tal vez juego con ella o me atrevo también a escuchar la experiencia del cuerpo del otro y probarla, como siento que eso también tiene que ver con el arjé del que hablas Javier, que ha estado constantemente también en nuestras búsquedas de lo que ahora llamamos tecnologías digitales, son pruebas de la experiencia con el mundo de alguna manera, como nos relacionamos con el mundo, creo que hablar de acontecimiento que es algo que Javier no menciona mucho, me parece muy importante porque invita de alguna manera al dejarnos sorprender con nuestras propias tecnologías corporales y con las convivencias, con la con las tecnologías digamos existentes de alguna manera creo que lo importante es tener la conciencia o el despertar de no anular la experiencia del otro, no anular la experiencia también que se está haciendo colectiva, en esta exploración digamos tecnológica sea digital, sea la tecnología propia de nuestras articulaciones o de nuestras ideas etcétera.
[Javier Martín]: Arkhé o arjé y tekné como hay ahí un principio de vínculo que pareciera que hemos olvidado, el arte.
[Raissa Pomposo]: Tiene que ver con la relación con el mundo, con la relación con el mundo justo como otredad, no como algo ajeno, si no es como nos resolvemos de alguna no, no quiero decir resolución a nivel de vamos a resolver un problema.
[Javier Martín]: Un objetivo o algo.
[Raissa Pomposo]: Ajá, exacto si no cómo, cómo vamos dialogando justamente con la complejidad del mundo que no siempre tenemos que comprender, tal vez justo las tecnologías.
[Javier Martín]: Menos mal.
[Raissa Pomposo]: Exacto, nos hacen el camino más fácil tal vez, no sé.
[Tania Aedo]: Pues muchas gracias ha sido un placer muy grande estar juntas aquí en esta pregunta por los modos de elaborar el animal que somos, muchas gracias.
[Raissa Pomposo]: Gracias.
[Javier Martín]: Gracias a vosotras, un gustazo.
[Raissa Pomposo]: Viene un recuerdo de la charla que dio Javier Martín en danza UNAM que le acompaña justo Sabela Mendoza, una mujer brillante y muy, muy sensible también en este acompañamiento al trabajo escénico y coreográfico de Javier, que Sabela nos contaba sobre la cooperación necesaria digamos que hay incluso a nivel celular para que funcionemos de alguna manera, o la vida surja, no hay digamos como esta idea del autómata o la cosa automática en solitario, no sé si lo interprete de la manera correcta, pero eso no hay un funcionamiento en soledad si no requiere a nivel celular de una cooperación y un diálogo y esto me pareció increíble también para pensarnos como sociedades y como en efecto hablar de corporalidad, hablar de coreografía, hablar de la comprensión del acontecimiento o el recibimiento del acontecimiento de nuestros movimientos, nos implican políticamente pues, están a nivel micro y macro politizándose el cuerpo de alguna manera y eso me parece muy, muy valioso justo para también rebasar esa dicotomía entre teoría y práctica entre sujeto/objeto entre ser personal y ser social, creo que sí hay una correlación constante, infinita desde lo más mínimo del cuerpo, lo más sutil, hasta lo que estamos justamente expandiendo a nivel social, con el todo, que no sé, lo relaciono mucho con justo con el efecto mariposa cualquier mínima acción afecta a lo inimaginable en lo macro y a mí me conmueve mucho eso, porque es claro nada nos es ajeno y creo que ahí tocamos también la dimensión ética de las artes del cuerpo.
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Prototipos para navegar
Qué sucede en los márgenes de las textualidades literarias, donde se renuncia a ellas y a través del experimento, la escritura deviene intermedial. O en sentido inverso, cuando la experimentación en otras disciplinas conlleva a la emergencia de textualidades aledañas a lo literario. Escrituras en código, juegos textuales, escrituras potenciales, especulativas, textos encriptados, variaciones, el juego como recurso en la creación, vínculos entre la ciencia, la escritura y la ficción, entre las diversas textualidades y la danza, la música.
En esta nueva etapa tomamos inspiración de las obras experimentales de Max Aub que emergieron a partir de procesos de escritura intermédiales y materialidades lúdicas, así como en la interdisciplinariedad de la práctica de este agente cultural clave en la cultura del siglo XX, cuya práctica atravesó medios, saberes y diversos ámbitos del conocimiento.
Tania Aedo
Anfitriona
Cátedra Extraordinaria Max Aub
Especialista en Arte, Ciencia y Tecnología. Realizó la licenciatura en Educación Artística en la Escuela Superior de Arte de Yucatán y cursó estudios de Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Fue directora del Laboratorio Arte Alameda y del Centro Multimedia del Cenart. Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y de la Fundación Rockefeller-Ford-Mc Arthur. Ha participado como ponente en foros internacionales: International Symposium on Electronic Arts (ISEA), RePerCuTe en la Universidad de California, Los Ángeles; y Artechmedia en Madrid, España. Ha colaborado en distintas publicaciones como Tekhné: Arte, pensamiento y tecnología (Conaculta, 2003). En 2010 formó parte del Programa de Alta Dirección en Museos. En la actualidad es la coordinadora de la Cátedra Max Aub. Transdisciplina en arte y tecnología de CulturaUNAM.