Punto ciego 4: Memorias (vulnerables)

En esta cuarta entrega el pódcast Punto ciego reflexiona en torno a la fragilidad de la memoria. En la disputa por la memoria simbólica el llamado “giro” o “furor de archivo” ha traído consigo también, a veces, un despliegue acrítico y fetichista que vendría bien que se repensara.

Para discutir el tema fueron convocados a esta arena sonora un grupo de especialista integrado por Ana Longoni, José Luis Barrios, Javiera Manzi, Diego Flores Magón y Lorena Méndez para compartir reflexiones en torno a las memorias frágiles, sensibles o esquivas.

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  • Anfitrionas: Virginia Roy y Sol Henaro
  • Episodio: 4
  • Duración: 30:48
  • Etiquetas: #AnaLongoni, #JoséLuisBarrios, #JavieraManzi, #DiegoFloresMagón, #LorenaMéndez, #MUAC, #PuntoCiego, #SolHenaro, #VirginiaRoy, #MemoriasVulnerables, #Memorias, #Archivo, #Archivos

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Punto Ciego

Anfitrionas: Sol Henaro / Virginia Roy

Capítulo 4: Memorias (vulnerables)

Rúbrica:

Houston tenemos un problema, hay un descenso de presión a la entrada de nuestro nervio óptico. No vemos el planeta, necesitamos mayor claridad.

Punto ciego, los objetos están más cerca de lo que parecen.

Una deriva sonora sobre temas urgentes en el cruce del arte contemporáneo, con entrega mensual, Sol Henaro y Virginia Roy, curadoras del MUAC, te dan la bienvenida.

Punto ciego, un podcast MUAC, CulturaUNAM.

[Habla Sol Henaro]: Para esta cuarta entrega convocamos reflexiones en torno a la fragilidad de la memoria. En la disputa por la memoria simbólica el llamado “giro” o “furor de archivo” ha traído consigo también, a veces, un despliegue acrítico y fetichista que vendría bien se repensara.

La vulnerabilidad es múltiple. Son incendios, inundaciones, botines, robos, ventas acríticas, borramientos, dispersión de los conjuntos materiales, neutralización, fetichización del pasado, falta de recursos económicos para velar por los acervos, pero también es la pregunta sobre el patrimonio ¿por dónde colocarnos en relación a ello?, desde nuestros diversos lugares, y si queremos o no, emprender cierta militancia con el tiempo. Hemos convocado a esta arena sonora a Ana Longoni, José Luis Barrios, Javiera Manzi, Diego Flores Magón y Lorena Méndez para compartir reflexiones en torno a las memorias frágiles, sensibles o esquivas en un marco donde el concepto de totalidad no es un concepto del que seamos aficionadas, en tanto que hay algo que siempre falta. En resistencia a la reificación del pasado y con el deseo de restituir potencias movilizadoras, preparamos para tus oídos este abanico de posicionamientos.

Punto Ciego

[Habla Ana Longoni] En América Latina los archivos no preexisten en la investigación, ni son su condición de posibilidad o su punto de partida, muchas veces los archivos se gestan en el propio proceso de investigar. Van naciendo y tomando forma en su azar. Es decir, los documentos, los rastros materiales e inmateriales, los testimonios, las huellas de las experiencias que investigamos —en mi caso, los cruces entre arte y política, en Argentina y América Latina, desde los años 60 al presente—, se nos van apareciendo, los vamos encontrando poco a poco. En partes que se ensamblan y resuenan entre sí, o se friccionan, disienten y contradicen. ¿Y cómo, o mejor cuándo, un conjunto de hallazgos, en un viejo periódico, papeles escondidos en una caja debajo de la cama, una foto borrosa, se vuelve parte de un archivo? Partes sueltas que van conformando un cuerpo, confuso, inesperado, que va volviendo legibles modos de relación, encontrando su lugar en una historia o en otra. Encontrando en otros modos de uso un nuevo estatuto.

En América Latina muchos archivos están en riesgo. Riesgo de desaparición, riesgo de incendio, como el archivo de Hélio Oiticica, de destrucción irreparable por la desidia y la falta de políticas públicas sostenidas que los preserven y sostengan. Pero también están en riesgo de perderse y dispersarse por el creciente furor de archivo, como advirtió hace tiempo Suely Rolnik. Los escasos y pobres restos materiales de muchas prácticas artístico-políticas, desmaterializadas y efímeras, han ingresado abruptamente a la lógica del mercado que amenaza apropiar algunas piezas designadas como obras, y desechar otras. Desintegrar los conjuntos, privatizar el acceso a esos documentos, cercenándolos de sus contextos, de sus mapas de relaciones históricas. Históricas y también afectivas. Pero existen también importantes iniciativas de archivos sostenidos, trabajos por constituir y preservar, conjuntos documentales, muchas veces desde voluntades colectivas y sin apoyos institucionales. Un archivo nunca completo ni cerrado sobre sí mismo, que pueda apoyarse en otras formas de institucionalidad desde alianzas con diversos agentes: universidades, museos, colectivos activistas, etc. Desbordando el par público-privado y apostando por archivos del común, a partir de acuerdos éticos que sostengan al menos cuatro dimensiones clave. La primera, defender su condición inalienable como patrimonio común: esto es su integridad y su invisibilidad. La segunda, generar condiciones que garanticen no sólo la preservación de estos archivos sino también la socialización: archivos accesibles, disponibles a la consulta de cualquier usuario curioso que quiera indagar en él. La tercera, propiciar su inscripción local en donde acontecieron las experiencias de las que los archivos dan cuenta. Y la cuarta, respetar sus criterios propios de organización: sus modos de nombrarse, sus conceptos clave. Sin imponerle desde afuera criterios universales o ajenos a su propia lógica.

Un archivo siempre se escabulle: escurridizo, abierto, poroso, hambriento. Un archivo inapropiable, como señalan Mabel Tapia y Fernanda Carvajal. Inapropiable por la imposibilidad de totalidad y completitud de cualquier archivo. Inapropiable en tanto los sentidos posibles se activan en contacto con un archivo pero también se fugan, en los intersticios, en lo que siempre falta. Inapropiable en tanto confronta y desarticula las lógicas de propiedad que asignan hoy los archivos. Configurar, como posibilidad, la construcción de archivos del común, desde formas colaborativas de producción y de uso en medio de un contexto de institucionalización precario y amenazado.

[Música-composición sonora “No hay preservación sin saqueo”]

Punto Ciego

[Habla Sol Henaro]: Gracias por aceptar participar en este episodio dedicado a las memorias y a la vulnerabilidad de las memorias, las memorias frágiles. Es un tema, una pregunta que nos atraviesa desde diferentes este ámbitos y desde diferentes preocupaciones, en particular también desde el MUAC, desde el Museo Universitario Arte Contemporáneo, en relación al trabajo que se hace desde el Centro de Documentación Arkheia. Donde, como ustedes saben, hemos estado también trabajando mucho por fortalecer y construir políticas de la memoria a través del relato historiográfico. Donde también nos hemos dado a la tarea de generar colecciones pues que no habían sido articuladas, ¿no? Para reunir también residuos, de alguna manera, de memorias pues que habían estado soslayadas, particularmente, las vinculadas a los movimientos sociales y a la crisis del sida y del VIH en México. Me gustaría mucho que empezáramos conversando sobre una pequeña presentación de cada uno de ustedes, en relación a la memoria o al archivo, o sea, cómo desde sus prácticas y desde sus quehaceres se pueden vincular con estas dos nociones.

[Habla Javiera Manzi]: Estoy muy contenta de sumarme a esta conversación. Mi nombre es Javiera Manzi. Soy investigadora y archivera, soy parte de la red Conceptualismos del Sur y de Archiveras sin Fronteras Chile. Me he avocado a la investigación y, también, a pensar prácticas y estrategias con las que archivar el presente. Y formo parte también de la Coordinadora feminista 8 de marzo. No sé, pensar en una práctica achivística en clave feminista.

[Habla Diego Flores Magón]: Yo soy Diego Flores Magón y estoy a la cabeza de un proyecto llamado Casa del Ahuizote, que parte de una colección documental que se presenta a sí mismo como archivo, imprenta y museo. Parte de una colección documental para adquirir esta denominación de archivo y a partir de ahí, ha ido promoviendo proyectos de rescate y reactivación documental.

[Habla José Luis Barrios]: Yo soy José Luis Barrios, soy filósofo y soy académico-investigador de la Universidad Iberoamericana… bueno, en fin, me dedico a la academia en términos generales.

[Sol Henaro]: Me parece muy importante la pulsión de memoria, muerte y olvido, ¿no? Y la supervivencia también de las memorias. En particular, porque parte de los que estamos aquí, y esto es un concepto que de alguna manera tomo de Javiera Manzi. ¿No sé si lo recuerde? Pero, en algún momento, Javiera hablaba de su práctica como una militancia con la memoria, ¿no? Y a mí me parece que es una imagen, que me ayuda, digamos, a pensar también desde dónde trabaja una y por qué una está como también resistiendo como ciertos borramientos, ¿no? Este, desde la independencia, desde la institución, a través de diferentes ejercicios. Entonces, a mí me interesaría… al inicio también lo decía Javi, que ella está trabajando, y nosotros desde Arkheia también, con el presente, con darle lugar a ciertas memorias que corren el riesgo, digamos, de no ser articuladas, de no ser reunidas y de dispersarse. Me acuerdo mucho de las discusiones que tuvimos aquí en México cuando la Ley general de archivos se estaba discutiendo y que por fortuna tomó otro rumbo. Pero que en ese momento se hablaba sobre la posibilidad de que la potestad de esa ley estuviera a cargo de Gobernación y lo que significaba que eso pudiera llegar a ser de ese modo. Y entonces, digamos que muchos de nosotros reaccionamos a preguntarnos ¿cómo podíamos parasitar nuestros espacios de trabajo para resistir ese borramiento y darle lugar a otro tipo de memorias, entre comillas, digamos, soslayadas frente a otras? En ese sentido, me gustaría saber también su posicionamiento en relación al archivo y la memoria vinculada a derechos humanos, a memorias ocluidas, a memorias frágiles. ¿Cómo podemos hacernos cargo de ello?

[Javiera Manzi]: Sí. Volviendo a esta noción como de una militancia, podemos pensar que con la memoria…. y con ello, necesariamente, con una reflexión sobre el tiempo. Como una pregunta muy política sobre cómo asumimos las temporalidades del presente y las resonancias que este tiene sobre prácticas pasadas y, por supuesto también, con potencia revulsiva en el futuro. Creo que ahí hay una dimensión que es central en relación a cómo pensamos esta… una reflexión política, incluso militante, sobre este quehacer, ¿no? Sobre qué hacemos, cómo pensamos el lugar de las huellas, sobre aquello que está hoy día aconteciendo. Y me gustaría vincularlo también con un hecho muy concreto y muy coyuntural que es lo estamos viviendo hoy día en Chile, como propósito de la revuelta que estalla el 18 octubre. Y que ver que… cómo un momento, cómo un acontecimiento, quiebra los términos en los que se había organizado la vida y sostenido esta así llamada normalidad, en este oasis de cierto neoliberalismo de la región. Y que estalla con una potencia que carga, también, con un sentido profundamente histórico, ¿no? Dijimos en ese momento: “no eran treinta pesos eran treinta años.” Y había en su misma emergencia una pregunta sobre las condiciones históricas con las que se había estado como concibiendo la vida y la posibilidad de una irrupción que transformara, estructuralmente, esas condiciones. Vuelvo sobre esto porque me parece que también es un hito que nos permitan pensar hoy, al menos, en dos claves sobre cómo entendemos esta militancia desde el archivo, desde los archivos, ¿no? Primero, respecto a cómo una revuelta trae consigo… particularmente, ésta trajo una efervescencia, dispersa, múltiple de expresiones callejeras, de forma de ocupación de la calle, de gramáticas visuales, que aparecen primero como caligrafías, como rayados, luego como gráfica, luego como estampas, eventualmente, también como performance, y como gestos, y acontecimientos que empiezan a multiplicarse y que van variando, día a día, y que están permanentemente en esta pulsión vital, vitalista, ¿no?, de una revuelta. Confrontándose a un gobierno cuya principal tarea va a ser, desde su primer momento, el borramiento, borrar, día a día, todo lo posible de esta irrupción callejera. ¿Qué hace entonces? Como esta pregunta necesaria por pensar las huellas y el permanente riesgo y la amenaza, de esta restitución, del orden, de la higiene sobre la ciudad, sobre este deseo cierto como… desde el poder, de cubrir los muros con pintura, de volcarse a cerrar por esa vía también esto que estaba emergiendo. Ahí, emergieron desde distintas comunidades, organizaciones, grupos esta pulsión también de archivar. De algo así como un compromiso de empezar a reunir estos papelitos, reunir / generar registros fotográficos de esto que al día siguiente sabíamos que iba a ser borrado o que iba a ser cubierto una vez más por nuevas imágenes. Y ahí aparece algo que me parece es muy interesante, ¿no? Cómo una revuelta que se piensa a sí misma y que está como permanentemente concibiendo, tanto como la ocupación de la calle, como estrategias con las que concebir su posibilidad de resguardo de esta huella, ¿no?

[Diego Flores Magón]: Para qué hablar un poco de mi lado. Me sirve la idea de militancia y una metáfora que me parece útil y productiva, que me sirve a mí para entender mis ejercicios y mis anhelos, con relación al archivo y su potencia, como decía José Luis. Pensaría en los archivos que están como silenciados y recuperando cierta voz, a partir de cierta vida, que le infunden ciertas comunidades. Y me remitiría a una experiencia reciente que no deja de tener desarrollos muy interesantes y muy emocionantes para mí. Que es un grupo de descendientes de anarquistas en el Estado de México, que se encontraron con materiales de sus abuelos, creo que esa es la relación genealógica. Y que han estado animando un movimiento con muchas expresiones, muy inclinadas por lo performático, diría yo, de una forma absolutamente intuitiva, en una sensibilidad esencialmente política. Entonces, por ejemplo estos amigos míos, que me han invitado a participar en esta aventura, colocaron placas en el pueblo señalando algunos de los lugares de reunión de este grupo de anarquistas olvidado. Y lo menciono, sin entrar en muchos detalles, la historia es fascinante. Han hecho obras de teatro en ocasiones, que coinciden con efemérides de los archivos. Como que han establecido una serie de rituales que cobran sentido porque esta historia de los anarquistas de esta localidad del Estado de México, pues no solamente está olvidada. Sino que… O sea, es más serio, digamos, los factores de silenciamiento. Está de hecho reprimida, no solamente reprimida, condenada. Los descendientes de esos anarquistas en general están… los que están avergonzados por el radicalismo anticlerical de sus ancestros; y los que están contrapesando esas resistencias de estas formas festivas, rituales y performáticas para darle salida y significación ¿no?, a esa memoria. Yo fincaría el concepto de “militancia” en esa voluntad de infundirle una función vital al archivo que muy rápidamente se torna política, en el sentido de que ejerce ya una resistencia contra el olvido y la represión.

[Sol Henaro]: Me quedo pensando también pues sobre dónde nos colocamos, por ejemplo, justo desde estos posicionamientos en relación al derecho a la memoria, ¿no? O a estas supervivencias de estas otras memorias también, haciéndonos cargo de estas paradojas, que también señalaba José Luis al inicio, ¿no? Nuestras prácticas siempre van a dejar fuera otras cosas. Y ¿cómo nos hacemos también cargo de otras oclusiones o de otros soslayos que uno produce en el momento de poner sus energías y sus pasiones en otro espectro? ¿no? Y pensaba también en Nelly Richard y en mucho de lo que ha hecho y que tiene que ver en lo que señalaba Javi del espacio público, de la militancia, de la revuelta. Sobre cómo replantear todas estas gramáticas visuales, de cómo la revuelta vuelca de alguna manera la iconografía oficial y subvierte… o intenta subvertir el guion autoritario de la nación, a través de los monumentos, del nombrado de calles, que tiene que ver con lo que decías tú también ahorita, Diego, en relación a estas prácticas anarquistas en el Estado de México. Y que eso nos conecta con mucho de lo que pasó también, postdictadura, digamos, en Argentina con el scratcheo y demás. Digamos que pensando en eso también me preguntaba, muy al calor, digamos, de lo que ha pasado en los últimos años en relación al monumento. ¿Dónde nos colocamos? Por ejemplo, aclaro, aquí en México venimos de la gran toma del espacio público y del monumento, en relación a los movimientos feministas, ¿no? Y ahí, yo no puedo evitar pensar de repente en José Luis cuando arañan, digamos, o cuando muerden, ¿no? la noción de archivo, de arconte. Y pensaría yo, bueno… ¿Dónde nos colocamos frente al patrimonio, al patriarcado, a la propiedad?

[José Luis Barrios]: A mí me parece que si las prácticas de resistencia y las prácticas de subversión a la representación donde la memoria sería una de sus aristas, tienden a repetir la fuerza del pasado o la fuerza de la memoria, en términos de cortes estables, apresables por el relato, están reproduciendo la paradoja del archivo y de los relatos oficiales. El tema es que creo que allí hay un cierto escollo no resuelto en la pregunta que nos hacemos sobre la relación entre memoria y resistencia. Porque te lleva a una cuestión muy clara, ¿no? Y lo voy a decir un poco psicoanalíticamente o más bien deleuzianamente: ¿Cuál es el fondo de pasado… el fondo insondable de pasado que hace necesario que las prácticas de resistencia de ciertos grupos sociales recurran a la memoria para producir formas de resistencia?

Es decir, ahí hay un dato que es muy interesante preguntarse, que hay un fondo de pasado, podríamos llamarlo un fondo de pathos histórico que está, digamos, impulsando un acto de violencia en el comienzo de esas prácticas (que obviamente no son las del siglo XX, y podemos ahí discutir todo lo que ustedes quieran) pero que, efectivamente, en la medida en que intentan ser apresadas como paradigmas, ¿no?, como cortes en la indeterminación del tiempo y no pueden generar condiciones de crítica al presente (y eso sólo es la práctica herética), efectivamente, quedan atrapadas en aquello que intentan subvertir.

[Diego Flores Magón]: Me parece que ningún monumento viene cortado del fondo de memoria, sino que acarrea al presente un fondo que también amenaza al propio monumento, ¿no? Quisiera pensar que esa es otra condición de la reinstauración monumental o ritual o festiva de la memoria. El que no viene sola, sino que acarrea, como una locomotora sus carros, al archivo y su potencia desestabilizadora del propio lenguaje político de la memoria.

[Javiera Manzi]: De lo que se trata, justamente, es de salir de ese binarismo, como de alguna manera como exclusividad, de pensar que la emergencia de estrategias singulares, de archivos que puedan emerger desde debajo de manera autónoma, por fuera de la institución. Y la vía, digamos, como estrictamente institucional, que venga, de alguna manera, a transformar desde adentro las claves como de cómo se configuran estos archivos centrales. A mí me parece que, justamente, lo que hoy nos convoca es pensar en ese entremedio, ¿no? Y no solamente en el entremedio, sino como en la posibilidad de ir de una potencia que vaya tanto desmonumentalizando esa figura, ¿no?, como central del amparo del estado, digamos, como los archivos nacionales y a la vez, vaya como concibiendo la necesidad de la emergencia múltiple de estrategias que vayan descentralizando este poder único, que pareciera ser el lugar de esta Historia, ¿no? como en mayúscula y, también, por supuesto, en masculino. Entonces creo que hoy, y lo pienso, también, a propósito, voy a dar un ejemplo muy concreto que me ha parecido muy interesante para esto, ¿no? Cuando nosotras en Chile hablamos de la revuelta, que tiene este carácter constituyente, en la clave de pensar estrategias que van constituyendo un proceso, unas agencias colectivas, potencias que van portando una posibilidad de transformación en las comunidades, en los territorios, es también un proceso constitucional, ¿no? Y necesariamente va a disputar el fin de una constitución. De la constitución de Pinochet con la que se rige como la república y se rige la vida en Chile. Y creo que ahí hay una clave muy interesante como en esto: ¿cómo poder desbordar esta distinción entre lo constituyente o lo instituyente y lo institucional para ir pensando un desborde que vaya inundando necesariamente en una clave transformadora en ambas? Y pienso ahí, necesariamente, como desde las instituciones una responsabilidad que, a mi parecer está muy vinculada, no como en una institución en general sino en quienes trabajan dentro de estas instituciones. ¿Cómo pueden habilitar estrategias de corresponsabilidad o estrategias que vayan desplazando y abriendo espacios, como lo vienen haciendo en Arkheia y en otras instituciones que abren desde adentro esta pregunta necesaria por el afuera? ¿No? Y ahí, genera un: ¿y cómo poder habilitar estos entremedios o esta posibilidad que vaya sin fetichizar, sin reificar las memorias que van construyéndose o las formas de la emergencia de la movilización sin institucionalizarlas sí o, permanentemente, preguntándose cómo evitar hacerlo? ¿Cómo ir ampliando y ocupando estratégicamente y tácticamente el amparo institucional? No sé, con eso quiero decir que pienso que hay que justamente evitar pensar que es uno o lo otro, sino bien ¿cómo podemos ir generando sinergias en las que ambas posibilidades y ambas como formas vayan entramándose, generando estrategias, alianzas coyunturales, también? Y de alguna manera, también con eso, creo como abriendo más maneras de pensar esta militancia del archivo que va a ser para algunas, desde adentro de las instituciones en las que trabajan, y, para otras, desde afuera, y construyendo archivos como autónomos. Creo que esa diversidad es hoy la que, a mi parecer, la que tenemos que ir como pensando, trabajando y, de una manera no ingenua, porque estamos en contexto tan complejo y… como el que hoy día estamos viviendo, donde por supuesto, donde no van a ser los archivos la centralidad para muchas, y desde donde creo que hay que pensar esta estrategia, y que es necesariamente vital, en un contexto de pandemia, global ¿qué lugar van a tener estas preguntas, en nuestros pasados y nuestros presentes?

[José Luis Barrios]: Yo estoy de acuerdo, sin duda, Javi, que, digamos, el espacio, el espacio de lo posible es el intersticio entre el archivo instituido y el archivo instituyente… Pero, hay una idea que a mí me gusta mucho, muy deleuziana, que dice: es que la condición de toda la relación de la memoria que las distintas prácticas artísticas, culturales, académicas, pueden tener, es que tendríamos que hacer falta producir el dispositivo para hacer evidente que al archivo, en este caso, en el archivo siempre falta algo. ¿No?

Entonces, cómo generar espacios para que lo que se muestre es la potencia de imaginar lo que falta y no de producir el imaginario de lo que se olvida, que no es lo mismo. A mí me parece que ahí hay una paradoja que no hemos explotado lo suficiente, ¿no? Hay algo que siempre falta. Algo siempre va a faltar en el archivo. Y esa falta no es algo que tenga que ser llenado, es más bien una potencia de imaginación del tiempo. ¿Cómo imaginamos el tiempo? ¿Cuáles son los potenciales del tiempo? Me parece que sólo en esa medida una lógica binaria es… digamos, no podemos deshacernos y sería ingenuo deshacernos de la contradicción interna que produce el archivo. Como dice Diego, creo que la tiene y su carácter es dialéctico, como de casi todo lo que existe, digamos, tiene un carácter dialéctico. Pero colocarte en el punto de lo que falta, ¿no?, de lo que falta, en realidad es una zona de indeterminación de la memoria, un fondo de pasado posible que siempre estaría constituyendo, nunca sería constituido. Entonces, me parece que ahí hay un tema que… por ejemplo, en trabajos de archivonomía, en trabajos de curaduría de archivo, en trabajos de exposición de archivo, no sé, siempre queremos reivindicar, digamos, un índice de olvido sino es que decir de victimización del otro o de víctima del otro, que en lugar de potenciar el carácter de la falta, lo que hace es que la reduce a una deuda histórica que tenemos que restituir vía un imaginario. Entonces, lo que traiciona, en algún punto, el carácter de trabajo del archivo es el afán de construir de “pasados imaginados e imaginarios”, ¿no? Probablemente reales, porque todo imaginario siempre se ancla en un real ¿no? Pero que no tiene que ver necesariamente con eso, tiene que ver con algo que estrictamente es ausente. Porque si no, de otra parte, digamos… una de las grandes preguntas que yo me hago respecto al trabajo de archivo de arte contemporáneo, es la tentación de ser profundamente “presencialistas”, “presentistas”, como se dice en filosofía. O sea, esta idea de hacer presente siempre el acontecimiento como condición política de su demanda. Y, a lo mejor, no necesariamente es la única solución, ni es la única manera de hacerlo. De hecho, el “presentismo” es el carácter de la historia, ¿no? O sea, es lo que define un cierto carácter de la Historia con mayúscula. O sea, no caer o tener clara esas tensiones, me parece que potencializa cosas. En fin, es los último que yo tendría que decir.

Punto Ciego

[Habla Mariana Camargo]: Testimonio de la artista y activista Lorena Méndez ante la llamada de SOS Archivos Sismo 2017. La Lleca es una colectiva anticarcelaria, artística y feminista, impulsada por Lorena Méndez y Fernando Fuentes, quienes hace más de quince años han reaccionado desde los afectos, el cuerpo y el performance en diversos centros de reinserción social.

En el año 2018 el archivo de La Lleca se integró al Centro de Documentación Arkheia MUAC para su investigación, conservación y difusión, tras comprometer su custodia, debido al trágico sismo ocurrido en el año 2017.

[Habla Lorena Méndez]: En el año 2004 nace el archivo de La Lleca, con una serie de piezas memorables para cientos de personas que han vivido, sentido, a través de las emociones en su cuerpo, de un cúmulo de sensaciones, la intervención artística continua. Este archivo va a correr un riesgo después del temblor del año 2017. Es entonces que tomamos la decisión de donarlo para su conservación, su investigación y su cuidado. Cuando vimos que no podíamos hacer otra cosa más que pensar en lo que había significado cada una de las piezas, de los objetos, que se encontraban en ese archivo, sentimos que era mejor no tenerlo con nosotras. Y, después, volver a él cuando fuera necesario, una vez que se registrara. También, informamos a muchas de las personas que han dejado parte de su vida que en ese archivo, que iba a estar en buenas manos, que iba a ser valorado y que iba a tener un significado diferente, –no lo que significó en su momento para las personas–, sin embargo iba a poder ser cuidado. Muchísimas de las imágenes y de las piezas que se encuentran en ese archivo dan vida a los momentos que muchas personas, en diferentes contextos y diversos grupos, sintieron. Las conecta a esas otras realidades y otras maneras de vivir y de existir.

[Fragmento de voz del largometraje Nostalgia de la luz, de Patricio Guzmán, 2010]: “Yo creo que la memoria tiene fuerza de gravedad, siempre nos atrae. Los que tienen memoria son capaces de vivir en el frágil tiempo presente, los que no la tienen no viven en ninguna parte.”

Punto Ciego

Créditos

Agradecemos a José Luis Barrios, Diego Flores Magón, Javiera Manzi, Lorena Méndez y Ana Longoni por su participación, así como el apoyo de Resistencia Modulada.

Durante el teletrabajo pandémico el Centro de Documentación Arkheia sostuvo un cine club con largometrajes cuyos contenidos detonaron reflexiones en torno a la memoria y/o el archivo.

Para este episodio retomamos incluimos fragmentos sonoros extraídos de Museo, dirigida por Alonso Ruiz Palacio, 2018, Nostalgia de la luz, dirigida por Patricio Guzmán, 2010.

Coordinación de este episodio: Mariana Camargo, Carolina Condés y Sol Henaro

Logística y asistencia de producción, Mariana Camargo, Carolina Condés y Daniela Merediz

Presentación y cierre por Joana Palomino

Gestión de Medios: Ana Cristina Sol

Revisión editorial: Vanessa López

Asesoría de contenido: Ekaterina Álvarez

Idea, locución, guion y producción por Sol Henaro y Virginia Roy

La presencia sonora de este pódcast es cortesía de Arcángelo Constantini, bacteria.org.

Revisa nuestro hashtag #MUACdondeEstés y consulta nuestra programación en muac.unam.mx programas/podcast así como en nuestras plataformas digitales.

Punto Ciego

Un pódcast MUAC, CulturaUNAM

[FIN]

Semblanzas

José Luis Barrios

Filósofo e historiador del arte, es profesor investigador de la Universidad Iberoamericana (Ciudad de México) y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha fungido como curador asociado del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) en proyectos varios y participado en diversas iniciativas expositivas de instituciones museísticas en México. Fue curador del Pabellón de México para la 54ª Bienal de Venecia. Es autor de nueve libros y numerosos artículos en revistas especializadas de arte y crítica cultural.

Diego Flores Magón

Productor, curador y gestor en los ámbitos del archivo, las publicaciones impresas y el museo. Es fundador y director de La Casa del Ahuizote, en la Ciudad de México, y ha dirigido y coordinado numerosos proyectos ligados al patrimonio. Recibió por ello la Mención Nacional al Mérito Archivístico, que concede el Archivo General de la Nación, en 2011. Además de diversos proyectos editoriales, es cofundador de Rrréplica, encuentro anual de impresores desobedientes.

Ana Longoni

Escritora, investigadora del CONICET y profesora de la Universidad de Buenos Aires, del Programa de Estudios Independientes del MACBA (Barcelona) y en otras universidades. Trabaja sobre los cruces entre arte y política en Argentina y América Latina desde mediados del siglo XX. Autora de numerosas publicaciones, impulsa desde su fundación en 2007 la Red Conceptualismos del Sur. La también curadora se desempeña desde 2018 como directora de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía (Madrid).

Javiera Manzi

Socióloga, archivera y militante feminista. Investiga los cruces entre prácticas artísticas, movimientos sociales, feminismos y redes internacionalistas en Chile y América Latina. Ha participado en diversos proyectos curatoriales. Coautora del libro Resistencia Gráfica. Dictadura en Chile: APJ y Tallersol (LOM, 2016), ha escrito sobre la lucha feminista y la revuelta en Chile. Coordinadora de la Red Conceptualismos del Sur es integrante de la Coordinadora Feminista 8M en Santiago de Chile.

Lorena Méndez

Feminista, artista visual y activista. Maestra en Artes Visuales y doctora en Arte y Representación. En el año 2004 fundó junto con el artista visual Fernando Fuentes; La Lleca. Proyecto artístico de intervención continua con grupos de inmigrantes, trabajadoras sexuales, adolescentes, personas en la calle, presxs, y estudiantes.

Punto ciego

Los objetos están más cerca de lo que parece, un punto ciego ocurre cuando no podemos percibir lo que está cerca de nosotros: es la zona que nos impide ver partículas flotantes y acontecimientos que nos interpelan. Desde el arte contemporáneo, este espacio sonoro busca amplificar voces y enfatizar realidades con las que convivimos. Cada episodio es un diálogo sobre cómo el arte responde a determinadas coyunturas culturales, sociales y políticas, mediante procesos de trabajo, investigación artística y otros modos de extender las prácticas actuales.

Virginia Roy y Sol Henaro

Virginia Roy y Sol Henaro

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