A partir del desmayo de uno de los personajes, se suscita una cadena de enredos en el que todos los personajes se ven atacados por los celos. Cuando el nudo parece irresoluble, la intervención de uno de los personajes femeninos da claridad y resolución al entuerto.
Como siempre, Molière construye una comedia de estructura perfecta, ritmo vertiginoso y llena de situaciones y personajes de comicidad mayúscula.