El asesino de mi padre o la esclavitud no se crea ni se destruye, sólo se transforma, es una pieza que indaga sobre un accidente automovilístico ocurrido en 1997, donde falleció el padre de Isabel Rodríguez, directora de la obra, y tres personas que viajaban con él. Un tráiler de una famosa compañía refresquera, que no frenó en un semáforo en rojo, colisionó contra el vehículo donde viajaban las víctimas, causando un incendio mortal. El conductor huyó del lugar y nunca fue encontrado. A través de una instalación escénica, se fusiona el documental, el archivo y la autobiografía, construyendo una narrativa donde se despliegan documentos, testimonios y elementos de evidencia relacionados con la investigación.