De Verónica Bujeiro
Concepto y dirección escénica: Quy Lan Lachino
Romeo y Julieta es el pretexto para cuestionar el tema del amor romántico, y así preguntarnos sobre este fenómeno que impera en nuestras vidas, que atañe tanto a mujeres como a hombres de todas las edades y estratos sociales. Hoy día el amor romántico sigue siendo una narrativa constante en el imaginario colectivo, que camina furtiva y soterradamente en nuestras vidas. Querámoslo o no, este ideal, reina en nuestros deseos y decisiones. El amor romántico es un ideal cada vez más cuestionado, pero que aún conserva vigencia y rige gran parte de nuestras relaciones.
¿De qué hablamos cuando hablamos del amor? Para algunos, amar es encontrar el “alma gemela”; otros esperan “la media naranja” y poder vivir para toda la vida con ese ser especial, sean las condiciones que sean, ofrendando nuestra existencia en un sacrificio por el amor. Hemos visto a lo largo de la historia cómo la fórmula se repite, y ya desde Tristán e Isolda, hasta Disney, hemos escuchado, leído y visto estas historias de amores eternos y almas gemelas, adoptando dichas narrativas como una aspiración en la vida cotidiana, que al no cumplirse, repercute en los individuos como una falta de identidad por “no estar completos”, tornándose en un generador de sentido de vida encontrar a la pareja ideal.
Sigue arraigada la idea de que la pareja, el amor romántico, el matrimonio, son factores de estabilidad, que definen quien se es, “solo se es un persona completa si se tiene amor romántico”. Y en el deseo de sostener esta condición, las, les y los individuos adoptamos mitos sobre el valor del sacrificio en pos de que las relaciones permanezcan para toda la vida. El amor romántico “genera una serie de valores y percepciones impuestos e interiorizados que se confunden con la experiencia individual del sentimiento” (V. Reyes, El amor romántico, 2019).
Y bueno, entonces ¿qué es el amor?…
En “Ese amor de Romeo y Julieta” invitamos a que el público nos acompañe en esta cuestión, aspirando a replantearnos el modo en cómo ejercemos el hecho de amar. La pertinencia de inquirir sobre este tema, en un país de alta violencia de género, de embarazos a temprana edad, de violencia intrafamiliar, de feminicidios, donde en nombre del amor, la o el sujeto se subordina y permite el dominio, preguntarnos cómo amamos y cómo queremos hacerlo resulta imperante.
QUY LAN LACHINO