UNAM

El arte de Ai Weiwei en el MUAC

  • El arte de Ai Weiwei en el MUAC
Artes Visuales
02agosto
2019
06octubre
2019
MUAC, Sala 9. Planta Alta
Centro Cultural Universitario, CU, Insurgentes Sur 3000, Del. Coyoacán

56226972

Horarios
Miércoles de 10:00 a.m. a 06:00 p.m.
Jueves de 10:00 a.m. a 08:00 p.m.
Viernes de 10:00 a.m. a 06:00 p.m.
Sábado de 10:00 a.m. a 08:00 p.m.
Domingo de 10:00 a.m. a 06:00 p.m.
Precio
General: $40.00

50% estudiantes, maestros, UNAM, INAPAM, jubilados ISSSTE e IMSS. Sujeto a disponibilidad. Programación sujeta a cambios sin previo aviso.

Tipo de evento: Exposición

El Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM presenta el trabajo de Ai Weiwei (Beijing, 1957), artista y activista de gran visibilidad en la escena internacional actual. Con la exposición Ai Weiwei. Restablecer memorias, Ai explora los traumas de las experiencias de China y México en un relato que busca construir la memoria social.

Ai Weiwei es reconocido por su incansable activismo a favor de los derechos humanos, la inmigración, la libertad de expresión y su relación con la globalización. Sus instalaciones artísticas y su multifacético trabajo (ha sido arquitecto, escritor, documentalista y pionero en el uso de las redes sociales a través de su cuenta en Twitter @aiww, con 366 mil seguidores) de una poderosa crítica social al statu quo han provocado que sea censurado y perseguido, y que haya sufrido cautiverio, tortura y exilio.

Ai Weiwei. Restablecer memorias se presenta en el MUAC hasta el 6 de octubre de 2019 y en el MARCO de Monterrey del 28 de noviembre de 2019 al 8 de marzo de 2020. La exposición une la inquietud que representa la destrucción del patrimonio cultural y el trauma que significa el atentado contra el futuro, el cual supone la violencia contra los jóvenes.

Con esta exhibición y un monumento visual con piezas de LEGO, el MUAC se suma a las prestigiosas sedes internacionales en las que ha expuesto Ai Weiwei como: Pabellón Lucas Nogueira Garcez, Brasil (2018); Fundación de Arte Marciano, Estados Unidos (2018); Fundación Proa, Argentina (2017); Galería Nacional de Praga, República Checa (2017); Palacio Strozzi, Florencia (2016); Museo de Arte Cicládico, Atenas (2016); Galería Belvedere, Viena (2016);  la Real Academia de Artes, Londres (2015); Alcatraz, San Francisco (2014); Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, España (2013);  Fundación Faurschou, Beijing (2011); Galería Faurschou, Dinamarca (2011); Tate Modern, Londres (2011); Haus der Kunst, Alemania (2009).

Un  templo que restituye la memoria

Ai Weiwei retoma una obra que tiene una dimensión significativa, no sólo por el tamaño físico de la pieza, sino por el lugar que ocupa en sus intervenciones como artista y activista en China: el Salón ancestral de la familia Wang (2015) es su mayor ready-made con significado político y la obra más significativa en relación con sus intervenciones sobre artefactos históricos.

El templo que se presenta por primera vez en Latinoamérica ocupa la sala 9 del MUAC, en una superficie de 650 m² y 12 metros de altura. La estructura monumental consta de 1,300 piezas y un peso aproximado de 50 toneladas. Para ensamblarlo se necesitó la colaboración especial de maestros carpinteros traídos de las provincias chinas Zhejiang y Jiangxi.

El templo familiar del clan Wang, proveniente de la dinastía Ming, cuya antigüedad data de entre 400 y 500 años, vio su historia cercenada por la Revolución Comunista China. Después de la reforma agraria de 1950 y la ofensiva maoísta contra los terratenientes, la familia Wang perdió su rol tradicional en el poblado de Xiaoqui y sus propiedades pasaron a fraccionarse, fue así que este templo quedó en desuso. Posteriormente, bajo la campaña de los “Cuatro Viejos” que pretendió erradicar todo vestigio del pasado tradicional en la revolución cultural, el templo perdió sus accesorias laterales y fue dejado a la intemperie.

En 2010 los restos del templo fueron adquiridos por un mercader con el propósito de venderlos como material de decoración para restaurantes o comercios, pero en 2014, Ai Weiwei adquirió la estructura entera, intervino con color las partes restauradas con tallas de madera, y la exhibió atravesando dos galerías próximas en Bejing, la Galleria Continua y el Tang Contemporary Art Center, en una exposición que aludía tanto al destino de la cultura del país bajo el régimen comunista, como también al estado de libertad restringida en que todavía vivía y trabajaba el artista en esa ciudad, luego de su cautiverio a manos del Estado chino en 2011.

El ready-made y su capacidad transgresora

La irrupción de esta ruina arquitectónica en la sala de exhibición caracteriza el modo de operar que el artista ha ejecutado para apropiarse, intervenir o destruir residuos y objetos históricos y arqueológicos, como una forma de transgresión de la materialidad y de la temporalidad histórica de la cultura. Ai Weiwei ha declarado que las relaciones entre lo “viejo y lo nuevo” y lo “verdadero y lo falso” son uno de los temas centrales de su trabajo y forman parte de una investigación de la estética del valor que define la mirada sobre las obras de arte y los objetos culturales.

Ai Weiwei es reconocido por la forma provocativa de intervenir objetos protegidos bajo el criterio de autenticidad y la estética de la ruina que impera en el depósito del museo. Algunos ejemplos de lo anterior son, en 1994, el gesto post-warholiano de pintar el logo de Coca-Cola en una urna de la dinastía Han Occidental (206 a.C–24 d.C); en 1995 la acción iconoclasta registrada en tres fotografías donde Ai deja caer una urna de la dinastía Han al suelo, la cual estalla en cientos de pedazos; las instalaciones de hachas de piedra neolíticas (Still life, 2000) o de miles de fragmentos de picos de tetera antiguos de las dinastías Song a Quint (Sprouts, 2015); el muro hecho de fragmentos de templos desmantelados (Kippe, 2006) y las muchas vasijas neolíticas, datadas entre 5000 y 3000 años antes de nuestra era, que Ai Weiwei sumerge rutinariamente en cubetas de pintura vinílica doméstica (Colored vases, 2006), entre otras. 

En 2016, Ai Weiwei visitó México y motivó el inicio de un nuevo proyecto acerca del trauma de la pérdida del futuro. Durante la exhibición en el MUAC se podrán ver algunos avances del documental To Be (Ser) acerca de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. No es un trabajo sobre los eventos que llevaron a la desaparición o el asesinato de los estudiantes en septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, sino uno acerca de la vida de quienes se han quedado a sufrir su ausencia y a luchar por la verdad.

Además de los avances de este documental, Ai Weiwei produjo un monumento visual: una serie de retratos de los 43 estudiantes desaparecidos y 3 asesinados —durante los hechos ocurridos entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014—, fabricados con 1 millón de piezas de LEGO. En su elaboración participaron 150 estudiantes de la Facultad de Arquitectura, Diseño Industrial y Artes y Diseño, de la UNAM. 

Esta obra tiene como antecedente la serie Trace (2014), y posteriormente Zodiac (2018), compuesta por las cabezas de los 12 animales que simbolizan el antiguo zodiaco chino y que anteriormente el artista había representado en esculturas de bronce en su Circle of Animals/Zodiac Heads (2010).

A pesar de su carácter lúdico y aparentemente fácil de producir, las obras en LEGO de Ai Weiwei tienen siempre un doble contenido: simular imágenes de prensa  con una base uniforme y colorida o de identificación de baja calidad, igualando la representación que vence en cierto grado la pobreza de la imagen de los luchadores sociales y su entorno, y además cuestiona el criterio de “lo político” en el espectador.

 

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