La Dirección General de Artes Visuales (DiGAV), en acuerdo con la Coordinación de Difusión Cultural y la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha determinado cerrar el recinto del Museo Universitario de Ciencias y Arte, Roma (muca-Roma) de la UNAM, ubicado en la calle de Tonalá 51, colonia Roma, en la Ciudad de México.
Esta decisión ha sido tomada con miras a que, a mediano plazo, la UNAM pueda relocalizar sus actividades de exhibición de arte contemporáneo y de programación pública en otras geografías, las cuales abonarán en su propósito de democratizar y descentralizar la oferta cultural de la institución.
La programación en línea de Cultura UNAM se ubica hoy como una plataforma relevante para los diversos proyectos que forman parte de su quehacer cultural. Esto ha contribuido a ampliar tanto las capacidades generadoras de proyectos, como su llegada a una diversidad de públicos, con un alcance mucho más rico. A partir de esta experiencia y en la búsqueda de consolidar un espacio de diálogo e intercambio, las operaciones del muca-Roma serán completamente digitales, mediante la iniciativa #mucaRomaEnRed, hasta septiembre del presente año.
El muca-Roma ha sido, por más de dos décadas de existencia, un espacio para las prácticas emergentes y experimentales del arte. La contribución de dicho recinto alcanzó pleno desarrollo; sin embargo su propósito original, que fue ampliar la oferta cultural de artes visuales fuera del campus de Ciudad Universitaria, fue rebasado en la medida en que en el polígono de su presente ubicación se concentra la mayor oferta cultural local. De esta forma, el contexto actual de los museos universitarios y de la escena artística del país demanda avanzar sobre un proyecto más amplio de descentralización de las actividades culturales vinculadas con las artes visuales.
Desde la DiGAV, en consonancia con su misión al interior de la Universidad, se lanzará, en el segundo semestre de este año, un programa de trabajo bajo el nombre Arte UNAM, que comprende diversas iniciativas culturales encaminadas al desarrollo e integración de circuitos que rondan otras geografías de la Ciudad de México y sedes foráneas de la Universidad. Con este nuevo proyecto y a partir del éxito y la experiencia acumulada desde el muca-Roma, se busca continuar con su función irradiadora e impulsora del arte contemporáneo.
Arte UNAM surge de la necesidad no solamente de descentralización, sino de concebir al arte como un motor de desarrollo cultural. Tendrá por cometido proveer una oferta artística de avanzada en materia de artes visuales al conjunto de campus que forman parte de la Universidad, con especial énfasis en la formación de públicos estudiantiles. Dicho proyecto comprende el desarrollo de propuestas de exhibiciones itinerantes, realizadas en colaboración con el MUAC y el Museo Experimental El Eco, e incluye programación pública de talleres, conversaciones, encuentros y proyectos de intervención artística, lo mismo que programación de naturaleza digital.
El programa de Arte UNAM recogerá una diversidad de prácticas que no estén determinadas por un espacio fijo o una materialidad establecida. Con esta iniciativa, la DiGAV de la UNAM aspira a promover una mayor coordinación de las actividades de los recintos a su cargo, además de desarrollar una oferta enfocada en una cultura contemporánea descentralizada, en su encuentro con públicos en las periferias urbanas y más allá de la capital del país.
La historia del muca-Roma
Dentro de la Universidad, el muca-Roma contribuyó significativamente al desarrollo de la oferta cultural contemporánea en México. La sede de este museo en la colonia Roma se estableció en 1999, durante la gestión de Silvia Pandolfi al frente de la DiGAV, con la coordinación directa de Luis Gallardo y Sara Beltrán. El espacio estaba inspirado a su vez en la brillante trayectoria de la Galería Aristos que, en los años sesenta, Helen Escobedo estableció para impulsar el arte moderno mexicano, en un tiempo donde la llamada Zona Rosa era el ombligo de la cultura viva del país. El muca-Roma emergió a finales del siglo XX como un gesto que marcó el compromiso de la UNAM por impulsar la experimentación y diversidad del arte contemporáneo, en un momento donde éste carecía de la suficiente infraestructura para despegar en la ciudad, y cuando el corredor Roma-Condesa era el punto neurálgico de la nueva comunidad cultural.
La primera sede del muca-Roma fue una casona en la calle de Tabasco y destacó por la audacia e intensidad de su actividad al alojar obra de artistas mexicanos y extranjeros enfocados en intervenir aquel espacio, con particular énfasis en la actividad contextual, urbana y relacional, bajo la coordinación de Bárbara Perea, Mariana David y Pilar Villela. En el tránsito a su última sede en Tonalá 51, bajo la coordinación de Gonzalo Ortega, Luis Orozco, Guillermo Santamarina y, por último, Cecilia Delgado, este recinto buscó diferenciarse al buscar presentar prácticas emergentes y experimentales. En su etapa final, con el desarrollo de diversas instituciones de arte contemporáneo, el muca-Roma viró hacia exploraciones asociadas con las prácticas del arte y diseño social, en un afán de ofrecer una alternativa a la oferta cultural de la Universidad, así como de abrir un campo temático para el pensamiento y la crítica contemporáneos en la ciudad.